Es de vital importancia que puedas identificar el estrés en tus hijos, debido a que este puede causar muchos problemas en la salud de los pequeños como: ansiedad, TOC, depresiones, autolesiones o somatizaciones.
Es crucial que los padres sean los primeros en poder identificar el estrés en tus hijos, para que así puedas llevarlos a su pediatra o médico de cabecera, con el fin de tener un diagnóstico más especifico y llevar un tratamiento adecuado a los síntomas y necesidades que pueden tener tus pequeños.
Si tus niños están viviendo alguna situación estresante, es muy probable que muestren algunos síntomas o signos, entre los principales están dolor de estómago o de cabeza recurrentes, boca seca, mareas o temblores. Sin embargo, estos pueden variar según la edad, debido a que su nivel de desarrollo no es el mismo, por eso la UNICEF realizó un cuadro con los síntomas de estrés más claros:
Síntomas de estrés en niños de 0 a 3 años
- Regresión de comportamiento: hablamos de ‘regresión’ cuando el niño se ha olvidado, de repente, de hacer algo que ya sabía hacer. Es como si hubiera retrocedido unos meses en su comportamiento.
- Cambios en los hábitos de alimentación y de sueño: tienen ansiedad por comer, o presentan apatía… En cuanto a los cambios de sueño, es uno de los síntomas más frecuente en todas las edades y se puede presentar, desde el sueño constante hasta el insomnio.
- Irritabilidad: le molestan más las cosas que antes.
- Hiperactividad: derivado del insomnio podemos encontrar la hiperactividad.
- Temores nocturnos: se despiertan constantemente, sueñan con cosas negativas, tienen pesadillas…
- Rabietas y llantos frecuentes: en niños de 2 a 3 años las rabietas son bastante frecuentes, debido a su desarrollo emocional, pero el estrés puede convertirlas en algo recurrente, por la agravada falta de tolerancia a la frustración.
Signos de estrés en niños de 4 a 6 años
- Apego excesivo a sus padres o cuidadores.
- Regresiones del comportamiento o del aprendizaje.
- Cambios en los ritmos de alimentación y sueño.
- Dificultad de concentración.
- Irritabilidad.
- Hiperactividad o completa apatía.
- Dejan de hablar: también llamado ‘mutismo’, suele ser un síntoma más propio de cuadros de estrés postraumáticos y, a veces, necesita un tratamiento psicológico mayor.