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ay muchas razones por las que tu niño pequeño se puede despertar a llantos en el medio de la noche. Algunos niños se despiertan gritando “mamá” porque nunca han aprendido a calmarse por sí solos. Otros despiertan llorando porque están enfermos o incómodos.
Pero si tu niño pequeño suele dormir plácidamente y de repente despierta sollozando, asustado, se agarra a ti y le cuesta volver a dormirse, es posible que realmente haya tenido una pesadilla. Éstas suelen ocurrir durante la segunda mitad de la noche, cuando es más probable que ocurran los sueños.
Las pesadillas no deben confundirse con los terrores nocturnos, un trastorno del sueño menos común que normalmente ocurre durante el primer tercio de la noche.
Cuando un niño tiene un episodio de terror nocturno permanece dormido en un estado de sueño profundo durante el cual, en realidad, no está soñando y, sin embargo, se pone extremadamente agitado y es muy difícil de consolar.
Una vez que el terror nocturno ha pasado, el niño vuelve a dormir tranquilamente y no recuerda nada a la mañana siguiente.
CLAVES PARA QUE TU HIJO DUERMA MEJOR
Por suerte, hay muchas medidas que puedes tomar para cambiar las pesadillas de tu hijo por buenos sueños:
- Crea una rutina para el momento de acostarle y mantenla a diario: el baño, la cena, el cuento…
- Déjale dormir con su muñeco preferido o regálale uno para que sea su compañero de sueños.
- Evita que vea la televisión y que realice actividades físicas antes de acostarse, porque en ambos casos se excitará. Lo que sí debes hacer es entretenerle con alguna actividad que le relaje, como montar una construcción o ver un cuento.
- Haz las paces con él si lo haz regañado. La reconciliación y el beso de buenas noches, que no debe faltar nunca, le ayudarán a dormir.
- Proporciónale un ambiente que favorezca el sueño. Para ello el cuarto debe estar recogido (el desorden excita) y las cortinas echadas. Y baja el volumen de la televisión, porque su sonido puede desatar su imaginación negativamente.
¿Cómo quitar los miedos nocturnos del niño?
- Para que no se asuste al quedarse a oscuras puedes instalar una luz en el cuarto, para que así pueda ver lo que le rodea. También es importante que al ir a atenderle lo hagas con la luz apagada, para evitar que haga la asociación luz-bienestar, oscuridad-malestar.
- Dejará de temer a los monstruos si le lees cuentos de brujas buenas y de fantasmas simpáticos.
- Y para erradicar su miedo a perderos a su padre y a ti, pon un intercomunicador en su mesilla. Saber que está en contacto permanente con vosotros le proporcionará la seguridad que necesita para dormir bien y soñar cosas bonitas.
¿Por qué ocurren las pesadillas?
Lo más probable es que las pesadillas de tu niñito estén relacionadas con algo que haya ocurrido justo antes de acostarse, como el haber escuchado un cuento que lo asustó o haber visto un programa de televisión que lo enojó o molestó de alguna manera.
Las situaciones de estrés también pueden provocar pesadillas. La hora de acostarse puede de por sí ser motivo de ansiedad para el niño, sobre todo si está en la edad en que le cuesta separarse de ti. El estar enfermo o alejado de uno de sus padres por un periodo de tiempo también puede causarle estrés a un niño.
Pero trata de no preocuparte o culparte. Los problemas emocionales no están ligados a las pesadillas, y un mal sueño ocasional es algo normal a esta edad. Proablemente no tiene nada que ver con algo que hiciste o dijiste.
Cómo puedes ayudar a tu niño después de una pesadilla
Atiende a tu hijo cuando despierte asustado. Es importante que lo consueles físicamente, por eso abrázalo o frótale la espalda hasta que se calme. Asegúrate de que su muñequito favorito esté a su lado y que la lucecita nocturna esté encendida.
Sólo recuerda que si te traes a tu niño a tu cama para tranquilizarlo, podrías iniciar una costumbre que después será difícil de eliminar.
Háblale acerca de la pesadilla si tiene edad suficiente para comprenderlo. Recuerda, sin embargo, que decirle “no ha sido más que un sueño” no le servirá de consuelo, puesto que a esta edad todavía no entiende la diferencia entre los sueños y la realidad.
Cómo evitar las pesadillas
No hay un método infalible, pero si creas una rutina tranquila antes de acostar a tu hijito (un baño calientito, un cuento alegre, una canción, y una luz o lamparita nocturna) puedes ayudar a alejar sus pesadillas.
Ayuda a tu hijo a dormir cómodo haciendo que la temperatura de su habitación no esté ni muy fria ni muy caliente. Demasiada luz no fomenta el sueño, si tu hijio teme a la oscuridad, deja en su habitación una pequeña luz nocturna.
Procura leerle cuentos donde la hora de dormir esté asociada a situaciones tranquilas y alegres, como el clásico Buenas noches luna de Margaret Wise Brown.
Si las pesadillas continúan y tu niño sigue teniendo mucho miedo a la hora de ir a la cama, coméntalo con el médico. Puede que las pesadillas sean una indicación de algún problema en su rutina diaria.
Fuente:
Servicios Combinados
Baby Center
Esther García, pedagoga y psicóloga
Crecer Feliz