Cuando los niños están malitos, es decir, presentan algún resfriado, tos, fiebre, así como vómitos o diarrea, es muy normal que no quieran comer. En algunos casos, tendrán que evitar algunos alimentos para que no se sientan peor. Sin embargo, ellos no pueden dejar de comer y por eso es importante saber con qué alimentarles según la enfermedad que tengan. Si el niño tiene alguna enfermedad y encima no come, podrá empeorar.
Alimentos para niños enfermos
Para que el niño se mejore, es necesario que le ofrezcas algunos alimentos. Si tu hijo ha cogido un resfriado o catarro, no le obligues a comer si no quiere o no tiene hambre. Ofrézcale bastante líquido. El agua y los zumos de fruta bien diluidos son una gran opción. Debes hacer lo mismo si tu hijo tiene fiebre, ya que el cuerpo de los niños pierde mucha agua cuando presentan una temperatura alta. El té de limonada tibia puede calmar el dolor de garganta y la tos. Y en cuanto a los sólidos, lo mejor en caso de resfriado o fiebre, es ofrecer alimentos ricos en vitaminas A, C, y E a los niños. Frutas y verduras, sobretodo. Comidas ligeras como puré de manzana, de calabaza, brócoli, coliflor, remolacha, espinacas, cítricos, además de yogures, sopas, y batidos de leche con frutas.
Cuando el niño presenta vómitos y/o diarrea, la rehidratación es fundamental. Para evitar la deshidratación, deja que tu hijo tome lo que quiera de líquidos. Si tiene diarrea evita darle lácteos o alimentos muy salados o azucarados. Tampoco conviene darle zumos de manzana, de pera, ni de ciruela pasa porque pueden aumentar la diarrea. Lo mejor, en ambos casos, es darle suero oral (disponibles en farmacias o en tiendas grandes de alimentos), o bebidas ricas en sales minerales. Ofrezca a tu hijo media taza de estas bebidas a cada cuatro horas, hasta que no tenga diarrea y no vomite.
En cuanto a los alimentos sólidos, en caso de gastroenteritis, debes ofrecer a tu hijo arroz blanco hervido, manzanas (ralladas), plátano maduro y zumo de zanahoria. Si el niño presenta fiebre, consulte al médico. Si por el contrario el niño está estreñido, lo mejor son los alimentos ricos en fibra como el pan y el arroz integral, espinacas, acelgas, guisantes, lentejas, alubias y garbanzos, ciruelas, y otros. La ingesta de líquidos es también importante. Los zumos naturales de fruta contienen mucha fibra y vitaminas. El niño enfermo debe empezar a comer lo más pronto posible. La comida reforzará sus defensas ante las enfermedades y le ayudará a recuperarse más rápido. Para eso es necesario que le anime a comer, con cuentos, con una vajilla curiosa, cubiertos divertidos, y una actitud de lo más positiva.
Guía Infantil | Vilma Medina