En los últimos años la idea del consumo de agua diario ha hecho parte de la vida, seguramente has oído hablar de sus beneficios, de las ventajas que tiene sobre las sodas y como puede ayudarnos entre otras cosas a mantenernos saludables y a cuidar nuestro peso.
Oímos que es lo mejor para hidratarnos, que en la lactancia es favorecedora para la producción de leche y que es lo mejor para a sed de los pequeños, pero sabes cuanta cantidad debe ingerir tu niño.
Cuando el cuerpo lo necesite
La sed es un mecanismo utilizado por nuestro cuerpo para pedir un “tipo de recarga” en los líquidos que expulsamos en lo corrido del día.
Si no siente necesitad de beber, no es necesario que se realice el consumo de dos litros o más que tanto oímos, pues al hacerlo sin que sea necesario, pueden presentarse complicaciones en el riñón como la llamada hiponatremia (un desequilibrio del agua y las sales) que tiene consecuencias perjudiciales.
La leche lleva mucha agua
La leche materna tiene la capacidad e cubrir todas las necesidades nutricionales de los más pequeños, por lo que las tomas le permitirán calmar la sed en caso de que la sienta.
La hidratación no la da solo el agua, así que, si tu niño ya está en edad de consumir caldos, papillas o jugos, podrá obtener de ahí los líquidos necesarios para sus necesidades
Después de los seis meses podrás ofrecerle agua pero si él no desea consumirla es porque su cuerpo no se lo esta pidiendo.
Agua o comida
El consumo de agua excesivo cuando el niño no está en movimiento y su cuerpo no le pide hidratación puede hacer que se sienta pesado y además de ello, si lo hace cerca de la hora de las comidas, puede hacer que pierda el apetito.
Si bien es importante enseñar a nuestros niños buenos hábitos alimenticios, no debes enseñarlos a cuidar su salud en exceso desde tan temprana edad, no los enseñes a no comer porque engordan o cosas por el estilo; que prueben todos los alimentos y aprendan a decidir que les gusta y poco a poco ir explicando cómo los pueden afectar o favorecer es la clave para que tomen conciencia sobre su cuerpo y los cuidados que requiere.
Bríndales solo cuando lo pidan e intenta inculcarles que un vaso de agua siempre será mejor que cualquier bebida azucarada.