Redacción Pediatría y Familia
La excelente salud de las articulaciones y extremidades infantiles es uno de los rasgos más notables de los niños. Aún así, existen ciertas patologías y molestias físicas que se presentan en estas áreas siendo la más común el codo de niñera.
De acuerdo con los especialistas, el codo de niñera es el nombre común para la pronación dolorosa del codo. Una afección que ocurre cuando el radio (uno de los huesos del brazo, específicamente, el hueso del antebrazo que sigue al pulgar), se desplaza de su posición normal -sitio de unión del antebrazo con el codo-. Según las estadísticas, esta luxación se presenta sobre todo en niños entre 2 y 3 años, con más frecuencia en el brazo izquierdo.
En la actualidad, se estima que el codo de niñera provoca una cuarta parte de las lesiones en las extremidades de los niños. También se conoce como subluxación de la cabeza del radio.
Por lo general, la lesión se produce cuando el niño recibe jalones en la mano o brazo. Por ejemplo, cuando no quiere tomar la mano para caminar y se le obliga, cuando el niño está caminando de la mano de un adulto y tropieza, se le jala un poco para evitar que caiga o cuando se levanta al niño de ambos brazos para ayudarle a saltar o impulsarse para correr.
¿En qué consiste la lesión?
Estos movimientos ocasionan que el radio se mueva de su lugar, impidiendo cualquier posible movimiento que el niño intente realizar. No es difícil identificar el momento en el que ocurre la lesión, pues el primer signo es el dolor y el llanto del menor cuando intenta mover su brazo o inmediatamente después de haber sufrido el tirón. Además, el niño permanecerá con el brazo extendido a lo largo del cuerpo y evitará hacer movimientos con él.
Para tranquilidad de los padres, esta lesión no representa una fractura en el brazo afectado. Simplemente se trata de un hueso que necesita recobrar la posición que le corresponde. En caso de que se sospeche de un codo de niñera, se debe visitar de inmediato la sala de emergencias. Allí, un pediatra atenderá al pequeño y recolocará el hueso afectado en un procedimiento conocido como reducción.
Los resultados se verán de forma inmediata, pues el niño recobrará la movilidad perdida. Sin embargo, no quiere decir que de inmediato desaparezca el dolor. Para estos casos, se recetan analgésicos de acuerdo con la severidad del dolor que manifieste el pequeño.
Debido a que las articulaciones de los niños todavía no son lo suficientemente fuertes para resistir estos impactos, es probable que la lesión vuelva a ocurrir. Para evitarlo, los médicos recomiendan a los padres de niños afectados una serie de ejercicios y de movimientos que deben evitarse para prevenir la reaparición del codo de niñera.