Por: Redacción Pediatría y Familia
Desde que tu hijo nace, la leche materna es el alimento exclusivo recomendado hasta los 6 primeros meses de vida. Con el paso del tiempo, tendrás que complementar esta alimentación con alimentos sólidos, pero no necesariamente dejando de lado la lactancia.
De acuerdo con expertos, la lactancia materna prolongada representa grandes beneficios, ya que en el caso del bebé reduce el riesgo de obesidad y otras enfermedades que se pueden manifestar más adelante. Para el caso de las madres la lactancia minimiza los riesgos a padecer cáncer de mamá y ovárico.
Pese a los diversos beneficios que representa la lactancia, según estadísticas, publicadas por BBC Mundo, el 80% de las mujeres en Reino Unido comienzan a amamantar pero desisten en las primeras semanas después del nacimiento del bebé. Para cuando el niño cumple seis meses, sólo una tercera parte continúan lactando y la cifra se reduce a 0,5% para cuando cumplen 1 año.
La Organización Mundial de la Salud, afirma que está de acuerdo en que la lactancia se puede continuar “hasta los 2 años de edad o más“. Ante la decisión de lactar a los niños mayores de 2 años la familia y el entorno laboral, son las premisas que más influyen en la disposición de continuar amamantando o se detenerla.
Así que la recomendación es no dejarse afectar por tu entorno y prologar la lactancia hasta el momento en el que tú te sientas cómoda para que tú y tu niño se vean beneficiados con la prevención de enfermedades o complicaciones anteriormente mencionadas. La lactancia materna es un derecho de madres e hijos y debe respetarse.