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os temores que tienen los niños para visitar al medico se deben a muchos motivos, entre los principales están el dolor y el miedo a que los separen de sus padres, por eso es importante aprender a formar desde temprano, una imagen positiva de quien es el medico.
Durante las visitas al pediatra muchos niños adquieren una sensación de temor hacia el profesional que los revisará.
Los temores que tienen los niños para visitar al pediatra se deben a muchas causas. Por eso es importante aprender a formar desde temprano, una imagen positiva del pediatra, evitando amenazas como: “si no comes, te llevare al doctor para que te ponga una inyección”.
Causas principales del miedo del niño al doctor
- El miedo a sentir dolor: Muchos pequeños temen sentir dolor ante algunos procedimientos médicos. Por lo general sienten una desconfianza marcada hacia las inyecciones, especialmente los niños entre 6 y 12 años de edad.
- El miedo al médico: Algunos niños consideran ciertas formas de proceder del pediatra, como la rapidez, la objetividad, la eficiencia y la distancia profesional como sinónimos de seriedad.
- El miedo a que los separen de sus padres y a lo desconocido: Los niños tienen temor de que sus problemas médicos sean más graves de lo que parecen y temen ser operados, hospitalizados u otros pueden llegar al extremo de pensar que se pueden morir.
Lo que los padres deben hacer, ante un hijo que tiene miedo de visitar al médico es ayudarlo a superar este temor.
¿Cómo evitar el miedo al médico?
Lo primero que se debe hacer, es cambiar la imagen que el niño tiene sobre el pediatra refiriéndonos al pediatra como si estuviésemos hablando de un asunto familiar. En lugar de decir vamos a ver al pediatra, intenta con algo que parezca mas cercano, por ejemplo: “Vamos a ver a Francis el pediatra que es muy buena persona y un excelente pediatra”, ¿te acuerdas de él?, de esta manera usando el nombre del pediatra, el niño lo podrá sentir como alguien mas cercano a su pediatra.
lgualmente un buen pediatra sabe comprender los temores y dudas de los niños. Para evitar el miedo al médico, lo primero que se debe hacer, es cambiar la imagen que el niño tiene sobre el.
El derecho del niño a estar informado
Se recomienda siempre que el niño sepa en que va a consistir la visita al pediatra, ya sea para una revision de rutina o para dar un diagnóstico. No se le debe engañar al menor ya que entonces se crea desconfianza.
Si sabemos que alguna de las pruebas a realizar va a ser dolorosa, entonces es necesario explicarle al niño que dolerá un poco pero sin entrar en detalles.
Evita hacer comentarios negativos sabre las procedimientos medicos o contarle tus propios miedos o experiencias que no abonen a sembrar confianza en el niño, ya que puedes crear miedos innecesarios.
El miedo de los niños a los hospitales
Hay que transmitirle al niño la idea de que con la hospitalización o la cirugía, si es el caso, no sufrirá lesión, al contrario se pueden curar y arreglar su problema.
Sucede con mucha frecuencia que muchos niños le cojan un pánico terrible al solo hecho de escuchar que es necesario hospitalizarlos y que permanecerán unos días internados.
Es ahí cuando los padres deben aprender evitar el miedo al médico actuando de manera correcta para hacer que los niños pierdan o al menos reduzcan el miedo a los hospitales, a una posible hospitalización y al médico que los atenderá.
Si se tienen que hacer pruebas, que sabemos pueden ser molestas para los pequeños, se les tiene que explicar todo lo referente a ellas. Se debe permanecer al lado del niño todo el tiempo que sea permitido, acariciarlo y abrazarlo, sobre todo en los momentos de dolor físico, para darle seguridad.
Hay que transmitirle al niño la idea de que con la hospitalización o la cirugía, si es el caso, no sufrirá lesión, al contrario se pueden curar y solucionar su problema.
Mantén siempre cuidado con las palabras que uses para no asustarlo, evita los términos “coser”, “rajar”. También puedes mencionarles las ventajas de los calmantes y las anestesias para combatir el dolor. Por último puedes llevarle un juguete u objeto preferido de su vida diaria para que se sienta un poco en casa.