La mejor explicación para la zurdera es la lateralidad, que se explica como la inclinación del cerebro al decidir qué lado del cuerpo domina sobre el otro. Sin embargo, estudios recientes han comprobado que este fenómeno no proviene del cerebro sino de la médula espinal, pues es la encargada de generar los movimientos de los brazos y piernas.
A partir de la octava semana de gestación, ya se ha iniciado la predilección de uno de los lados, es decir, que es posible saber desde el primer trimestre del embarazo si el bebé será zurdo o diestro. Esto debido a que las características de la médula espinal e ambos casos, es diferente.
Ahora bien, el verdadero reto es aún identificar los factores que influyen a la hora de que se genere una predominancia por uno de los dos lados. Los expertos continúan en la búsqueda de genes que respondan ante estímulos externos.
Desventajas que encuentra la población zurda
Actualmente, la zurdera es una característica que muchas personas encuentran normal. Sin embargo, para muchos niños tiende a ser una condición vergonzosa por el hecho de ser diferente. El papel fundamental que tenemos como padres es apoyarlo y ayudarlo a no sentirse mal; pues si el menor no ve que sus necesidades son satisfechas de manera adecuada, puede poner resistencia y negarse a dejar que predomine el lado izquierdo.
El riesgo se corre cuando no hay una decantación definida por uno de los hemisferios cerebrales, pues esto puede provocar una amplia variedad de dificultades, iniciando por retrasos psicomotores, trastornos de lecura, dislexia e incluso alteraciones psicológicas como irritabilidad, depresión y baja autoestima.
El ambiente escolar supone un desafío enorme para los niños, porque entran en juego todas las habilidades mencionadas anteriormente. Los docentes tienen, en este caso, un rol fundamental para fomentar la aceptación de las diferencias, por supuesto, fortalecer las destrezas mediante una metología llamativa y dinámica.
