¿Qué hago si mi hijo tiene parásitos?

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Lo parásitos se llaman oxiuros y son unas pequeñas lombrices o gusanillos como fideos de color blanquecino o gris, de aproximadamente un centímetro de longitud, que causan una de las infecciones parasitarias intestinales más comunes durante la infancia: la oxiurasis, popularmente conocida como “tener lombrices”.

“Esta infección, en sí misma, no reviste gravedad, pero resulta muy molesta para el niño, sobre todo por la noche, que es cuando las larvas avanzan hacia el ano para depositar allí sus huevos (entre 15.000 y 20.000 diarios) y le provocan un desagradable picor que le obliga a rascarse casi continuamente, lo que le pone nervioso y le impide descansar y dormir bien”.

Como consecuencia, a la mañana siguiente el pequeño está más irritable y cansado que de costumbre, se muestra más apático e inapetente y hasta es posible que se queje de molestias en el estómago.

Otro problema añadido a la necesidad de rascarse es que el pequeño se lleva parte de los huevos en las uñas y al chuparse los dedos (algo muy habitual a esta edad), él mismo se autocontagia. Así, en pocos días los huevecillos se diseminan por el dormitorio, sobre todo por el pijama y la ropa de la cama, y no tardan en estar por toda la casa.

“Para evitar que todos los miembros de la familia acaben padeciendo oxiurasis, tienes que extremar la higiene en casa y llevarle al pediatra enseguida”.

A continuación algunas pautas de higiene muy efectivas:

  • Haz que tu hijo lleve las uñas cortas.
  • Lávale las manos en cuanto regresen de la calle, sobre todo si han estado en el parque (es fácil que juegue con arena en la que antes han hecho pis los perros, lo que propicia el contagio de las lombrices).
  • Límpiale bien el culete con agua y jabón cada vez que le cambies de pañal, tanto si ha defecado como si ha orinado.
  • Procura que duerma con un pijama entero. Así no podrá rascarse directamente con la mano y disminuirás el riesgo de autocontagio.
  • Antes de acostarle, aplícale una pomada antiprurito en el culete. Así dejará de tener tanto picor, dormirá más tranquilo y descansará mejor.

Normalmente, el tratamiento que el pediatra prescribirá a tu hijo es muy sencillo: consiste en que toda la familia tome una dosis de un jarabe antiparasitario y que dos semanas después repitan la toma.

El fármaco es tan eficaz que el niño dejará de tener picores enseguida, pero a pesar de ello, para que el problema de las lombrices no vuelva a presentarse, es importante que todos los miembros de la familia tomen la dosis de repetición.

Por: Redacción Pediatría y Familia

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