El síndrome de piernas inquietas (SPI) hace parte de los trastornos del sueño más significativos y de constante consulta en las unidades pediátricas.
Se manifiesta como la inquietud de las piernas a la hora de dormir, y la necesidad de mantener en movimiento los miembros inferiores cuando se encuentran en reposo.
No se ha determinado una causa concreta, sin embargo, se ha asociado el SPI a una alteración de los neurotransmisores y al déficit de hierro en la sangre.
Los movimientos periódicos de las piernas durante el sueño pueden presentarse hasta en el 80% al 90% de los pacientes. Pueden estar acompañados de taquicardias, aumento en la presión arterial y fragmentación del sueño.
El diagnóstico para niños recomienda la realización de un estudio de sueño en el que se evalúa la cantidad de movimientos de las piernas, realizando un comparativo frente a los movimientos que se consideran normales para su edad. Se descarta, también que estos movimientos sean efectos secundarios de otro trastorno del sueño.
Los primeros síntomas suelen aparecer entre los 5 y los 7 años, y se ha demostrado que afecta a niños y niñas por igual. En los casos cuyos síntomas presentan mayor intensidad, se debe consultar con un neuropediatra quien determinará el tratamiento.
Ten en cuenta que una mala conciliación del sueño, insomnio y despertares frecuentes pueden significar para el niño un comportamiento agresivo y somnoliento, además de la incapacidad de concentrarse e hiperactividad.
El tratamiento consta de una regulación de ferretina y hierro, vitamina D, vitamina B12 y ácido fólico. Si mediante esta nivelación no se percibe una mejoría, especialistas recomiendan algunos fármacos que deben ser adminstrados bajo supervisión médica.
