La tos es el sonido que se produce cuando un reflejo fisiológico del cuerpo de repente fuerza el aire y las secreciones de los pulmones.
“Toser protege la vía respiratoria, despejándola de irritantes y secreciones”.
La mayoría de las veces la tos es parte de un catarro, una infección viral de las vías respiratorias. Otras causas comunes de tos son: el croup, bronquiolitis, asma, tos alérgica, cuerpo extraño en la vía aérea.
Su niño probablemente tendrá más catarros o infecciones de las vías respiratorias altas que cualquier otra enfermedad. En los primeros dos años de vida, la mayoría de niños tendrá de ocho a diez catarros.
Si su niño asiste a un centro de cuido o preescolar, o si hay otros niños de edad escolar en su hogar, puede tener aún más, pues éstos se contagian fácilmente entre los niños que están en contacto estrecho unos con otros. Por el lado positivo, la mayoría de los catarros desaparecen solos y no provocan complicaciones.
El virus ha afectado y dañado el revestimiento de la vía respiratoria y está siendo eliminado por medio de la tos y reemplazado por una nueva mucosidad. Por lo general no son necesarias pruebas de laboratorio para llegar al diagnóstico, éste se hace con el historial médico y examen físico.
En el infante
“Un infante de tres meses o menos debe ser evaluado por un pediatra a la primera señal de la enfermedad, ya que los síntomas pueden ser confusos y pueden rápidamente llevar a enfermedades más serias como bronquiolitis o pulmonía”.
Un niño de más de tres meses debe visitar al pediatra si:
- Tiene dificultad para respirar
- Secreciones nasales persistentes (más de 10 días)
- La tos persiste más de una semana
- Tiene dolor de oído
- Fiebre de más de 3 días o mayor de 102°F (38.9°C)
- Que no mejore al recibir medicamento para la fiebre, está muy irritable o somnoliento o tenga disminución en la ingesta oral de líquidos.
Por: Dra. Minela Colón Santos | Pediatra