Para muchas mujeres, la concepción de un bebé y el embarazo son toda una expectativa y un sueño de vida. Aunque lo ideal es que la futura madre disfrute de esta etapa, para conocerse a ella misma, conectarse con su bebé y preparar su llegada, existen varios trastornos y condiciones de gravedad que pueden complicar la evolución normal del embarazo y afectar la salud de la madre y del niño.
Por eso, en Pediatría y Familia preparamos este artículo con todo lo que necesitas saber sobre la preeclampsia, una complicación propia del embarazo. Los científicos no tienen datos exactos sobre el número de mujeres que desarrollan esta condición pero estiman que afecta entre 5% y 10% de embarazos en el mundo.
¿En qué consiste?
Se define como preeclampsia a una condición que únicamente surge durante el embarazo. Por lo regular aparece como una complicación de la hipertensión gestacional, aunque no es una regla para todos los casos. La condición es silenciosa y se diagnostica durante los chequeos prenatales en los que se revisa el estado de salud de la madre.
Los síntomas característicos son la alta presión arterial y el aumento de proteínas en la orina. A veces, las mujeres afectadas pueden sentir malestar general, náuseas, dolor de cabeza y vómitos. Otro signo característico es la hinchazón de cara, manos y pies, usual en preeclampsia severa.
Como no se conoce la causa concreta que provoca la enfermedad, los médicos creen que las mujeres con diabetes, hipertensión o enfermedades renales están más predispuestas a desarrollar preeclampsia en cualquier momento de su embarazo.
Las consecuencias de la preeclampsia son graves. En la mayoría de casos origina desprendimiento de placenta, lo que causa sufrimiento fetal. En la madre puede causar edema pulmonar y hemorragia en el parto.
Para prevenirla, lo único posible es el chequeo constante, especialmente después de las 20 semanas de gestación. Ante cualquier síntoma o duda, consulta a tu médico de cabecera o asiste a urgencias.
