Slow parenting, cuando las prisas no son buenas en educación
“Vísteme despacio que tengo prisa”, “las prisas nunca fueron buenas”. Éstos son sólo algunos ejemplos de cómo ir con celeridad, deriva en malas consecuencias. Por el contrario, tomarse las cosas con calma, pero sin pausa, siempre es mejor. Detenerse a ver la situación y planificar cuál puede ser la mejor forma de abordarlo es un consejo que debe aplicarse a cualquier contexto de …