La mayoría de las enfermedades que padecen los niños son altamente prevenibles si aumentamos sus defensas. Cuando los niños tienen una baja de defensas, se traduce como un mecanismo de protección del cuerpo contra los ataques externos, como las bajas temperaturas, los virus presentes en las guarderías, los colegios y los parques, etc.
El organismo cuenta con sus propios mecanismos inmunitarios, pero no está demás reforzar su labor por otros medios, como por ejemplo la alimentación.
Sube las defensas
- Procura que la alimentación de tu hijo sea equilibrada y nutritiva. Expertos recomiendan que el 100% de la dieta se divida en un 50% de carbohidratos, un 15% de proteína y un 35% de grasas.
- Se recomienda que los niños duerman como mínimo 8 horas, aunque depende mucho del organismo de cada uno y su edad. Puedes consultar con el médico de tu hijo cuántas horas debe dormir el niño para conseguir un sueño de calidad, reparador y continuo.
- Fomenta el deporte y la actividad física para auentar las defensas, pues ayuda a eliminar las bacterias de los pulmones y las vías respiratorias.
- Evita las furtas que qie se coman con cáscara o que sean difíciles de lavar.
- Incluye en la dieta alimentos ricos en probióticos como los yogures y las leches fermentadas.
Otras recomendaciones que puedes tener en cuenta
- Abrígalo bien cuando las temperaturas ambientales bajen considerablemente.
- Ventila el hogar por al menos 10 minutos diarios.
- Fomenta la higiene personal y el lavado de manos antes de cada comida.
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