A la hora de la comida, es común que como padres soplemos los alimentos de los niños para enfriarlos y evitar que se quemen la lengua o los labios. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que es una práctica que puede ser dañina para el menor por varias razones.
La primera, es porque para nadie es un secreto que las enfermedades respiratorias son de fácil transmisión y generalmente se esparcen en el aire en acciones tan sencillas como hablar o soplar. Estas pequeñas gotas son las que contienen los virus causantes de la gripe, los resfriados, la neumonía.
Asimismo sucede con los cubiertos compartidos, evita a toda costa que el niño utilice tu cuchara o tú probar su comida con la suya, porque se ejecuta la misma cadena de contagio.
Podemos transmitirle la caries incluso antes de que le aparezcan los primeros dientes
En la boca habita la bacteria causante de las caries, la Streptococcus mutans. Este microorganismo se alimenta de los restos de comida que quedan entre los dientes, y es posible que pueda llegar al niño a través de un contagio vertical de los padres o de la persona encargada del cuidado del niño.
Además de soplar los alimentos y de probarlos del mismo plato, los especialistas recomiendan evitar el hábito besar la boca de los niños, pues a pesar de ser un gesto íntimo de cariño, también propicia la transmisión de bacterias.
Una vez la bacteria entra en contacto con las encías del bebé, se crea una placa que afecta el crecimiento de los dientes generando la caries.
La forma correcta para enfirar los alimentos de tus hijos
- Prepara la comida con anticipación, de manera que cuando el niño se siente a comer, los alimentos ya se encuentren a una temperatura ambiente que impida que el niño se queme la boca.
- Utiliza platos planos y grandes para que el aire circule mejor entre cada uno de los alimentos.
- Revuelve la comida constantemente, de esta manera se perderá el calor.
- Coloca el plato sobre una superficie fría, puede ser hielo o compresas heladas.
- Evita usar el refrigerador para enfriar su plato, porque no solamente corres el riesgo de que se dañe el electrodoméstico, sino de dañar otros alimentos que tengas guardados.
Está demás sugerir la buena higiene bucal que debes fomentar en el niño, darle sus propios utensilios y llevarlo con frecuencia al odontólogo para realizar la examinación correspondiente.