10 consejos para papás primerizos

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Hoy queremos dirigir nuestro artículo a los padres, sobre todo a los padres primerizos. Con estos 15 consejos les ayudaremos a sobrevivir al primer mes del bebé.

1. El que mejor sabe lo que necesita es tu bebé

Los padres primerizos sois un imán para los consejos. Los pidáis o no, los recibís, y curiosamente parece que todos saben más sobre vuestro bebé que vosotros mismos, así que os van a aconsejar de todas partes, y lo que es peor, os van a dar consejos contradictorios.

Es por eso que lo mejor es escucharlos y dejarlos en standby por si en algún momento consideráis oportuno llevarlos a cabo, teniendo claro que la persona que mejor sabe lo que necesita el bebé, es el bebé: si llora, la cosa va mal; si no llora, la cosa va bien.

2. Disfruta cogiéndolo tanto como quieras

Cuando anuncias el embarazo la gente se emociona porque vas a tener un bebé precioso al que dar mucho amor, y del que recibir mucho amor también.

Todos están muy impacientes e ilusionados hasta el momento en el que nace. Entonces empiezan los problemas: ya no hay que darle tanto cariño, “es mejor que no lo cojas demasiado“, “es bueno que llore un poco”, y un montón de frases similares que no tienen ningún sentido.

Cógelo todo lo que quieras, esté llorando o no, porque los hijos se tienen para quererles mucho, muchísimo, y disfrutar con ellos y de ellos.

3. Es mejor visitar que te visiten

En realidad depende de la manera de actuar de los familiares y amigos. Si sois de esas parejas con un entorno directo de “meterse hasta en la cocina” y de hacerlo incluso cuando no los habéis invitado, puede ser mejor ofreceros vosotros a ir a verlos cuando consideréis que sea el momento, que esperar a que vengan.

Lo digo porque si vais a visitar, os podéis ir cuando queráis. Pero si os vienen a visitar, es más complicado echar a la gente de casa (y si no lo conseguís, las noches con el bebé pueden ser horribles: de llantos y despertares continuos, como reflejo de sus días).

4. Lávate las manos siempre antes de cogerlo

Sí, ya sé que eres su padre y estás completamente sano. Da igual, toda persona que vaya a coger al bebé tiene que lavarse las manos antes de hacerlo, sobre todo si viene de la calle. En las manos viajan gérmenes y patógenos de un lado a otro.

5. Tenlo todo bien preparado antes de hacer nada

Este hombre de la foto es un experto ya: en el suelo y rodeado de juguetes. Tú serás así pronto, pero todavía no. En el primer mes vale la pena detenerse a hacer una prospección mental del que será el momento, para tenerlo todo preparado de antemano.

Si lo tienes en un cambiador, que no tengas que darle la espalda ni un momento para coger algo que te falta (y si es así, es mejor coger al niño y buscarlo con él en brazos); si lo vas a bañar, que no te des cuenta una vez está en el agua de que te falta algo, o cuando lo sacas, que tienes que vestirlo con cierta premura para que no pase frío.

6. Ponlo siempre a dormir en decúbito supino

O lo que es lo mismo, boca arriba con la cabeza ladeada. Es el modo más seguro de dormir (el que deriva en menor riesgo de muerte súbita).

7. Sal un rato a la calle cada día

Aunque lo tengáis todo por hacer. Tranquilos, no sois los únicos: todos hemos pasado por eso y aunque parezca mentira, romper con el ambiente, el entorno y la casa, ayuda.

Salid a pasear, que os dé el aire, que le dé el aire al bebé, hablad de cosas que no sean el bebé, o del bebé, pero hablad; relacionaros, mirad a la gente, apreciad el exterior, dejad que los rayos del sol os acaricie el rostro… ni que sea unos minutos.

8. Seca bien en los pliegues de la piel

En las axilas, las ingles y el cuello sobre todo. No dejes de pasar la esponja por ahí y seca bien esas zonas, porque si no quedan húmedas y se empiezan a hacer lesiones que luego cuesta curar.

9. Aprovecha el ‘momento crema’ para hacerle masaje

No es que los bebés necesiten crema hidratante (la mayoría no la necesitan), pero es un momento perfecto para darle un pequeño masaje: suave, sin hacer fuerza, solo moviendo un poco sus extremidades y poniendo la crema en todo el cuerpo.

Ahora por aquí, ahora te pongo de lado, ahora un momento boca abajo, ahora del otro lado, te masajeo la cabecita, los brazos, la barriguita, las piernas, los pies…

No hay nada como conocer a tu bebé visualmente, cada rinconcito de su cuerpo, y además con las manos, para enamorarte un poco más de él. Además, es comunicación, es cariño, y el bebé lo agradece (habitualmente lo agradece… si el tuyo es de los que no les gustan los masajes, prueba en otro momento o de otra manera).

10. Déjale claro cuándo es de día y cuándo es de noche

Se podría decir que la mayoría de bebés nacen con el sueño cambiado, y es que tienden a repetir fuera los patrones que seguían dentro: por el día muy tranquilos, con el vaivén de los movimientos de mamá, y por la noche ‘fiesta’, aprovechando que está quieta.

Pues bien, para ir modificando esto, poco a poco, se aconseja que por el día haya luz suficiente y el ruido habitual, y al atardecer ir dejando que la casa oscurezca a medida que se oculta el sol, utilizando luces muy tenues y ayudando al bebé a dormir cuando haga indicios de que tiene sueño (el primer mes es difícil ver esto, pero cuando sea más mayor este consejo os irá bien para que no se os pase de rosca y luego sea mucho más difícil dormirlo).

Fuente: Bebés y más

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