Faringitis en niños: síntomas, causas y tratamiento

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La faringitis es una infección e inflamación de la mucosa de la faringe, que suele provocar dolor de garganta, malestar general y fiebre. En la infancia es frecuente que, a la vez, se inflamen también las amígdalas.

Explicamos todo sobre esta enfermedad tan común entre los niños.

Si abre la boca, aunque se tenga que ayudar con un depresor lingual, y mira al fondo de la garganta, verá la faringe. A cada lado están las amígdalas. Lo primero que debemos saber diferenciar es un dolor de garganta, de una faringitis y una amigdalitis, tres enfermedades comunes que con frecuencia se usan indistintamente, pero no son la misma cosa. 

“La amigdalitis se refiere a las amígdalas que están inflamadas y la faringitis es una infección causada por un tipo específico de bacteria, estreptococo”.

Cuando su hijo tiene faringitis, las amígdalas suelen inflamarse mucho, y la inflamación puede afectar los alrededores de la garganta. Otras causas de dolor de garganta son los virus, y estos solo pueden causar inflamación de la garganta alrededor de las amígdalas pero no de las amígdalas en sí.

Los gérmenes causantes de la faringitis son numerosos virus, responsables de alrededor del 70 % de estas infecciones y bacterias, sobre todo el Streptococo pyogenes, a los que se achaca el 30 % restante.

Tipos de infecciones

Según el germen que la provoca se desarrollan distintos tipos de infección y ello conlleva también distinto tratamiento.

– Las infecciones víricas son más frecuentes, leves y contagiosas afectando sobre todo a los menores de 3 años.

Presenta síntomas catarrales como fiebre, faringe roja con unas vesiculitas, molestia al tragar, rinitis, tos, conjuntivitis, … La presencia de “placas” en amígdalas, no son frecuentes y sus características tampoco coinciden.

El tratamiento se limita a aliviar los síntomas (fiebre, dolor, dieta blanda, líquidos frecuentes). Aquí nunca está indicado el uso de antibióticos y no suelen tener complicaciones.

– Las infecciones bacterianas, más frecuentes partir de los 3 años, no suelen tener síntomas catarrales. Por el contrario, presentan fiebre elevada, dolor de garganta con dificultad para tragar, dolor de cabeza, ganglios linfáticos inflamados en el cuello.

Son más frecuentes las “placas de pus” sobre las amígdalas, aunque puede tener bacterias, aunque no haya “placas de pus”.

En éstas infecciones el tratamiento incluye el uso de antibiótico, que le indicará el pediatra, que se debe mantener durante 10 días para evitar que vuelva la infección, que se presente una resistencia al antibiótico u otras complicaciones. Es importante saber que a las 48 horas de tratamiento ya no es contagioso.

Cómo se distinguen

Cuando existe una la duda en el diagnóstico, se puede investigar el germen causante. Para ello se analiza la secreción de la garganta, mediante un test rápido de detección de Estreptococo o mediante un cultivo con antibiograma.

“Los casos severos de faringitis pueden estar acompañados por dificultad para deglutir y, rara vez, por dificultad para respirar”.

Las complicaciones de la faringitis estreptocócica pueden incluir fiebre reumática aguda, insuficiencia renal y enfermedades graves tales como bacteremia y el síndrome de shock tóxico por estreptococo.

La mayoría de los casos de faringitis se presentan durante los meses más fríos, durante la estación invernal, donde son frecuentes las enfermedades respiratorias. Es común el contagio entre los miembros de la familia”.

¿Se puede prevenir la faringitis?

La prevención es muy difícil, ya que el contagio se produce a través de la vía respiratoria (por tos, besos…entre las personas) o por las manos tras tocar un objeto contaminado por otra persona infectada. Es muy útil el lavado frecuente de manos.

Cómo se trata la faringitis

La faringitis viral se trata con paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor de garganta, la fiebre si la hubiere y el decaimiento.

La inflamación suele mejorar haciendo gárgaras con agua salada y tibia, seis veces al día, cuya proporción debe ser de una cucharadita de sal por vaso de agua. Conviene alimentar al niño con una dieta blanda si tiene dificultad para tragar.

En cambio, si la faringitis es bacteriana se indicará un antibiótico. A las 48 horas ya no habrá riesgo de contagio, el niño se encontrará mejor e incluso podrá volver a la escuela infantil o al colegio.

Fuente: Ser Padres

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