Al igual que los adultos, las emociones en los niños son una completa montaña rusa. Hay tiempos de felicidad, de tristeza, rabia y frustración.
Por su parte, la ira es esa emoción que hace que los niños sientan enfado, irritabilidad, resentimiento o furia ante una situación que no les gusta o les produce frustración.
En algunos momentos los niños pueden gritar, lanzar o romper objetos e incluso pegar o insultar a sus compañeros, sus padres o sus profesores. Una emoción negativa que hay que controlar desde pequeños. Pero ¿cómo hacerlo?
Muchas investigaciones sobre la conducta infantil indican que, a través del juego los niños pueden aprender a controlar sus emociones, además de estimular su inteligencia y motricidad.
Aquí te contamos cuáles son los juegos ideales para enseñarles a controlar la ira:
- Crear un juguete antiestrés, entre padres e hijo para aprender a controlar el mal genio, como una bola antiestrés. Por ejemplo, un globo dentro de otro globo, relleno de arroz y que lo personalice poniendo su nombre en él y pintándolo de algún color.
- Dibujar con el niño un círculo de opciones para controlar la ira. Por ejemplo, una cartulina con varias cosas a escoger y que podrá hacer, si es capaz de controlar las emociones.
- Está demostrado que tocar agua o arena puede relajar los momentos de enojo y frustración en el niño. Así que podemos tener una cubeta y meter las manos del pequeño en el agua, dejándolo hacer círculos o formas que le relajen.
- Crear un gráfico de palabras clave que estén en su habitación y a la vista. Por ejemplo, un semáforo con los resultados colores principales y que los relacione con su comportamiento. Rojo: Para, y piensa antes de actuar. Amarillo: Precaución y piensa en las consecuencias. Verde: Adelante con el buen comportamiento.
- Soplar en el aire burbujas. Con este método o juego lo que se consigue es controlar la respiración y, por tanto, calmar la ira.