Por qué es un error introducir la lecto-escritura antes de los 6 años

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Los padres y madres en su afán constante porque sus hijos sobresalgan y desarrollen habilidades, caen en varios errores, uno de ellos es iniciar la lectura y la escritura demasiado rápido.

Expertos, educadores y padres vemos la dificultad de algunos niños cuando se intenta que sí o sí que comiencen a leer y a escribir antes de los 6 años. Y es que muchos pequeños todavía no están preparados, ni han alcanzado las habilidades necesarias para poder realizar ese aprendizaje.

Hay niños que sienten curiosidad por leer y escribir antes de los 6 años e incluso lo logran sin gran esfuerzo y con ganas de hacerlo, pero seamos sinceros, no es lo normal. Cada niño evoluciona a su ritmo y, algunos ya están preparados para ciertos aprendizajes, mientras que otros no. Estas diferencias evolutivas suelen pagarlas los que aprenden más despacio ya que la educación, en general, suele ser estándar y no individual.

Pero, ¿qué es lo correcto?, ¿a qué edad deberían aprender a leer y escribir los niños? Quizás lo más importante no es marcar una edad concreta, sino saber si el niño está preparado para el aprendizaje de la lecto-escritura y fomentar el desarrollo y el estímulo de esas capacidades que le llevarán a poder adquirir esa habilidad.

Por otra parte, un estudio de la Universidad de Cambridge dirigido por Robin Alexander afirma que a los 4 y 5 años los niños no están preparados para comenzar a recibir una educación más formal estructurada en materias. El aprendizaje debe estar basado en mejorar sus habilidades a través del juego.

Qué puede ocurrir al niño al leer y escribir antes de tiempo

Cuando se le fuerza a ello y el niño no está preparado para leer y escribir antes de los 6 años, lo único que se consigue son estas 6 cosas: 

1 – El niño puede sufrir un rechazo y un bloqueo por lo que se frenaría el aprendizaje natural y le haría mucho más difícil al niño en lugar de una aventura feliz.

2 – Podría tener más faltas de ortografía en un futuro debido a un mal aprendizaje.

3 – Sentimiento de frustración, sobre todo si ve que otros niños de la clase son capaces de escribir letras o leer sílabas y él no.

4 – Baja autoestima, un sentimiento de inferioridad frente al resto de compañeros.

5 – Pérdida de interés por la lectura y la escritura.

6 – Desmotivación, ya sea por miedo a no poder hacerlo o ansiedad ante el desafío.

*Fuente: Guía Infantil

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