Más del 90% de la población padece varicela antes de los 15 años de edad. Es una enfermedad típica de la infancia causada por el virus “varicella zoster”.
Es altamente contagiosa y se propaga de persona a persona a través de la tos o los estornudos, y por contacto directo, especialmente, en la etapa inicial del sarpullido.
Antes de que se presente el sarpullido, los niños pueden experimentar malestar general, fiebre, pérdida del apetito y náuseas. La gravedad del virus varía desde un escaso brote hasta un sarpullido que cubre todo el cuerpo.
Hasta el momento, no existe ningún tratamiento curativo contra la varicela, pero es controlable con el uso de medicamentos para disminuir la fiebre, antivíricos y antihistamínicos.
Sin embargo, es importante que vigiles que tu hijo no se toque la piel para evitar las cicatrices. Mantén las zonas afectadas limpias e hidratadas. El jabón de avena y la loción de calamina son ideales para evitar la comezón.
Evita la luz directa sobre las ronchas, pero no impidas que tome el aire libre, pues esto ayudará a que las ampollas tengan una cicatrización más rápida y eficaz.
Vacuna contra la varicela
Hasta hace muy poco se implementó la vacuna contra la varicela compuesta por dos dosis dirigida a niños mayores de 1 año, hasta los 12 años de edad. Los niños mayores de 13 años que no han sido vacunados y tampoco se han contagiado, deben recibir las dos dosis con 28 días de diferencia, aproximadamente.
No se conocen efectos negativos de recibir la vacuna contra la varicela al mismo tiempo que otras vacunas.