Hipertrofia amigdalar es el nombre con el que se conoce a la anomalía por el tamaño excesivamente grande de las amígdalas. Estas masas tienen gran importancia en el sistema inmunitario, pues son de gran ayuda para proteger el cuerpo de algunas infecciones.
Se desconoce la causa del crecimiento exagerado de las amígdalas, aunque se sospecha que los niveles de contaminación ambiental y las repetidas infecciones de la garganta pueden ser posibles causantes.
Identifica los síntomas
Una de las consecuencias más comunes, es el ronquido nocturno, capaz de producir alteraciones en el ciclo del sueño. El no tener un sueño reparador durante la noche, en los niño, puede traducirse como la falta de concentración, cansancio, irritabilidad y disminución del crecimiento.
La respiración por la boca, con el paso del tiempo, puede tener como consecuencia el hundimiento del paladar y malposición dental, además de provocar cambios leves en la voz y generar mal aliento.
Si hay amígdalas grandes, ¿deben operarse?
No necesariamente. Tras la inflamación de las amígdalas, estas tienden a disminuir su tamaño con el tiempo, a medida que el riesgo de contagio de infecciones también disminuye.
La amigdalectomía solo es necesaria cuando llegan a obstruir las vías respiratorias con apneas del sueño y cuando se presenta amigdalitis con bastante frecuencia.
Esta operación es ambulatoria, se realiza con anestesia general y consiste en la extirpación completa de las amígdalas. Pocas veces se presentan complicaciones durante o después del procedimiento, pues se ha comprobado que no tiene repercusión en las defensas del cuerpo.
No hay una edad en específica o límite para realizar la amigdalectomía, pues especialistas recomiendan intervenir una vez se detecten apneas.
