La dermatitis atópica (DA) o eccema atópico es una enfermedad de la piel que afecta al 10% de bebés y niños. Resulta un problema de la piel que suele evidenciarse en los primeros meses.
Aunque no produce dolor sí es bastante molesto pues produce escozor. La DA comienza con algunas placas rojizas que son cubiertas por escamas de color blancuzco. En algunas ocasiones estas se infectan pues el bebé no tolera el picor, lo que produce costra o una especie de grieta.
Dermatitis atópica es más común en bebés
Se trata de una enfermedad no contagiosa y sus síntomas aparecen inicialmente en el cuero cabelludo, cara y cuerpo. Estos pueden aparecer desde los dos meses de edad y deja la piel seca y escamosa y suele tener dos fases.
Durante la fase inactiva o intervalo, la piel está muy seca, irritable y escamosa, y debe hidratarse diariamente. Las fases activas
o brote son más agudas, por lo que deben tratarse con medicamentos tópicos para calmar la piel inflamada y aliviar la comezón. Por lo general, los bebés muestran estos síntomas en el rostro, específicamente las mejillas y el cabello.
Cuando los brotes son intensos, la dermatitis se trata con cremas con corticoides. Los dermatólogos son muy cuidadosos, pues un uso excesivo de estos puede producir efectos secundarios, entre ellos, atrofia de la piel.
La DA resulta ser una enfermedad que causa muchísima angustia, y no solo para los niños, pues resulta complicado para los papás evitar que el niño se rasque.
Medidas ante la dermatitis atópica
Si un niño tiene dermatitis atópica, se pueden tomar medidas en cuanto a la higiene corporal. Los baños a los niños con esta enfermedad deben ser con agua tibia, sin usar jabones.
Se recomienda en uso de aceites infantiles, los cuales hidratan y protegen su piel. Tampoco se deben usar esponjas u otros utensilios, con las manos será suficiente. Es mejor secar simplemente por contacto, o sea, sin frotar la piel del niño para no irritarla. Luego del baño, se deben aplicar cremas hidratantes sin perfumes.
Si percibes alguno de los síntomas mencionados anteriormente en tu pequeño, recuerda consultar con urgencia un especialista. Él te brindará la información necesaria para el tratamiento de tu bebé y los productos más adecuados.
