Redacción Pediatría y Familia
El regreso al colegio y los cambios de estación son dos de los múltiples factores que influyen en los niños a la hora de desarrollar una infección. De hecho, permanecer en espacios cerrados o con muchas personas son el caldo de cultivo perfecto para la expansión de virus y bacterias. A pesar de eso, seguro notaste que muchos niños nunca enferman ¿Cuál es el secreto?: un sistema inmunológico fuerte.
Por supuesto, la genética es un elemento importante. Es bien sabido que estamos más o menos predispuestos a ciertas enfermedades por nuestro ADN. Pero, tener buenos hábitos y una nutrición balanceada contribuye a fortalecer las defensas de los más pequeños. No sobra decir que los suplementos vitamínicos son una opción para asegurarnos que el niño recibe los nutrientes que necesita para estar sano y fuerte.
Sin embargo, en la vida actual están inmunoestimulantes que ayudan al sistema inmunológico a desarrollarse. Los más conocidos son las vacunas, diseñadas según la edad del bebé y a las enfermedades a las que se hace más o menos propenso para que el organismo cree sus propias barreras contra ellas.
Todo comienza por casa
Más allá del rigor médico, otras formas para mejorar el sistema inmunológico son las siguientes:
Alimentar al bebé con leche materna: Uno de los beneficios más importantes de la lactancia tiene que ver con las defensas. A través de la leche materna, el bebé recibe los anticuerpos de su madre que lo preparan para enfrentarse al mundo exterior sin ninguna afección. Incluso, los maravillosos efectos de la leche ya se han comprobado en otitis, enfermedades gastrointestinales o respiratorias.
Evitar que el niño reciba cambios bruscos de temperatura: Para que las defensas no actúen innecesariamente, lo mejor es evitar los riesgos. Ten en cuenta que la temperatura corporal depende del factor ambiente. Cambiar al niño de espacio bruscamente no hará que su sistema inmunológico funcione mejor.
Mantén hábitos de vida ideales: Dar al niño una alimentación rica en vegetales y frutas, alentarlo a hacer actividades deportivas o al aire libre e impedir que sea un fumador pasivo son las mejores recomendaciones para que tu hijo permanezca saludable
