Para el tratamiento de la artritis idiopática juvenil no todos los medicamentos funcionan igual para todos los pacientes. Debido a la variedad de los síntomas que esta enfermedad puede provocar, se pueden utilizar un solo medicamento o terapias combinadas.
Entre los medicamentos utilizados para el control de esta enfermedad se encuentran:
Antinflamatorios AINE
Estos fármacos son un grupo de medicamentos sintomáticos, encargados de controlar los síntomas provocados por la enfermedad como la inflamación, el dolor y la rigidez. Estos medicamentos se usan para el control de estas manifestaciones a corto plazo.
Glucocorticoides
La acción de estas medicinas está enfocada en la reducción de la inflamación. Se usan en dosis altas en casos de enfermedad sistémica grave o cuando el niño tiene uveítis resistente al tratamiento.
Las dosis bajas se usan en niños con poliarttritis. Es importante que si le indican a tu niño este tipo de tratamiento estés atenta a posibles contraindicaciones y se las comuniques al especialista, como por ejemplo:
- Retraso en el crecimiento.
- Disminución en la formación de los huesos.
- Infecciones.
Infiltraciones
Este tipo de inyecciones intraarticulares de corticoides ayudan al control de las articulaciones que se inflaman con frecuencia. Estos medicamentos pueden restaurar rápidamente la función de los niños incluso en articulaciones muy afectadas como las rodillas.
Fármacos de acción lenta o modificadores de la enfermedad
Se recurre a ellos en casos en los que el niño padece poliarttritis con el fin de lograr la remisión de la enfermedad antes de que se produzcan daños irreversibles en las articulaciones. Entre este grupo de medicamentos se incluyen el metotrexato, la sulfasalacina, la hidroxicloroquina, la ciclosporina y la leflunomida.
Biológicos
Este tipo de medicamentos se usa en los pacientes que no han respondido satisfactoriamente a las otras terapias. Entre estos medicamentos se incluyen abatacept, adalimumab, etanercept e infliximab, con los cuales se logran excelentes resultados.
Es importante seguir el tratamiento recomendado por el especialista para asegurar la mejora de los síntomas del niño. También puedes complementar su tratamiento con ejercicios y terapias que ayuden a mantener el movimiento y funcionalidad de las articulaciones.