Por: Redacción Pediatría y Familia
Al final del embarazo, cuando la mamá se encuentra cerca de la fecha de parto, su cuerpo se prepara para dar a luz al bebé. Para la mujer, este preámbulo es fácil de identificar, puesto que antes del alumbramiento se manifiestan las primeras contracciones que resultan molestas. A este signo inicial se le conoce en medicina como pródromos de parto. Sin embargo, se debe mencionar que algunas mujeres presentan otros signos y que esta fase suele durar varias semanas, días y horas. Todo depende del organismo de la mujer.
A pesar de que son contracciones, no deben confundirse con las contracciones de Brxton Hicks (o falsas contracciones). En los pródromos de parto, las contracciones se manifiestan sin un patrón de tiempo -es decir, son irregulares- y causan molestias porque el bebé busca encajar su cabeza en el cuello del útero y ablandarlo para que pueda facilitar el trabajo de parto.
Las contracciones prodrómicas -como también se le llama a los pródromos de parto- suelen tener una duración de mínimo 15 segundos y máximo 45. Pero, en varias mujeres pueden durar hasta 1 minuto. Se pueden identificar porque causan una ligera presión vaginal y endurecimiento de la barriga.
Los especialistas saben cuando el cuello uterino está listo para el parto, ya que se siente blando al tacto. Cuando esto se presenta, se habla de cuello uterino maduro. Entre más blando esté el cuello del útero, más rápida será la dilatación de la madre.
Los pródromos de parto se manifiestan -casi siempre- en la noche, debido a la liberación de oxitocina en el organismo. Cuando este síntoma comienza, la futura mamá no debe angustiarse ni acudir de inmediato al hospital. Se puede utilizar este momento para practicar técnicas de respiración y relajación, ya que debe comenzar su preparación física y mental para el parto. Además, también se aconseja mantener el cuerpo hidratado y descansar lo máximo posible.
