Por: Francisco Nieves Rivera, MD, FAAP
Endocrinólogo Pediátrico
Catedrático Recinto de Ciencias Médicas, UPR
Tradicionalmente la edad mínima normal de aparición de las características sexuales secundarias y comienzo de la adolescencia se ha definido como 8 y 9 años en las niñas y varones, respectivamente. En las hembras esto está definido por aumento en tejido mamario y en los varones por el aumento en tamaño testicular o estadio Tanner 2 ( en una escala de 5 de diferenciación sexual, 1 pre-adolescencia y 5 tamaño y apariencia de adulto). Sin embargo, desde finales de la década de los 90 se han pronunciado investigadores clínicos a favor de la revisión de estos criterios. Entre las razones que se aducen son el que esta definición está basada en datos publicados a mediados del siglo pasado con un sesgo potencial en la selección: niños de raza blanca de bajo nivel socio-económico en Reino Unido y niños de alto nivel socio-económico de los estados de Ohio y California.2
Datos de principios de los 90 mostraron aparición temprana de tejido mamario en un 15% de niñas AfroAmericanas y 5% de niñas de raza blanca NorteAmericanas cuando en promedio se había reportado 8.9 y 10 años, respectivamente. Estos datos fueron posteriormente validados por el NHANNES III.3
La incidencia de pubertad precoz varía. En general, se habla de 15 a 29 por 10,000 niñas. Aunque en un registro de hospitales en España se reportó apenas un caso por 10,000. En varones, a diferencia de las niñas, es 10 a 15 veces mucho menos frecuente.1
La pregunta es si esto debe ser motivo de preocupación. La realidad es que existe un incremento en el riesgo de cáncer de seno y cáncer de endometrio con la disminución en la edad de la primera menstruación o menarquia.4
Lo que no parece haber variado es la edad en que las niñas alcanzan el estadío 3 de Tanner cuando se compara con lo antes reportado. Por otro lado, el estadio 2 de Tanner de diferenciación sexual se observa ocurriendo más temprano que lo previamente reportado.
Esto acompañado de evidencia en disminución de aproximadamente 4 meses en la aparición de la menaquia, comparado con lo reportado a mediado del siglo 20.5
Además del origen étnico, existen otros factores que han sido implicados en la menarquia a temprana edad. Estas son: el que la madre haya tenido la menarquia también temprano en la vida, haber sido bajo peso al nacer, ser obeso, haber sido adoptado, ausencia de la figura paternal en el hogar y posible exposición a sustancias disruptoras del sistema endocrino.6, 7
Recientemente se publicó un estudio clínico que vincula el consumo de bebidas endulzadas con la aparición temprana de la primera regla. La publicación proviene de la base de datos de un estudio conocido como GUTS –Growing up Today Study. Esto es un estudio de cohorte prospectivo de sobre 16,000 niños iniciado en 1989 como sub-estudio del Nurses’ Health Study II en 14 estados en EEUU. Los investigadores realizaron un cuestionario inicial a los participantes en 1996 que incluyó características de los participantes entre las edades de 9 a 14 años. Anualmente en los años subsiguientes se repitieron cuestionarios a los sujetos participantes. Un total de 5,583 niñas fueron incluidas en el análisis final.
Los participantes se les preguntó cuan frecuente, en promedio, ellos consumían un servicio de porciones típicas de comidas. Por ejemplo un servicio correspondía al consumo de una lata o vaso de refresco o un vaso de bebida de frutas no carbonatadas (incluyendo Hawaiian Punch, limonada, Koolaid) o 1 vaso/lata/botella de té endulzado. El total de consumo de bebidas endulzadas fue estimado basado en la suma de bebidas de frutas endulzadas más, refrescos que no son de dieta y consumo de té endulzado.8
Los investigadores encontraron que aquellas féminas entre las edades de 9 a 18.5 años que habían reportardo un consumo de > 1.5 servicios de bebidas endulzadas por día tenían en promedio un 26% mayor de probabilidad de experimentar la menarquia al mes siguiente cuando se les comparaba con aquellas que consumían < 2 servicios de bebidas endulzadas por semana (P<0.001), ajustado para el total de calorías. Esta observación se sostuvo aún después (Hazard Risk = 1.24) de ajustar para etnia, actividad o inactividad física, peso al nacer, edad de la menarquia en la madre, frecuencia de comer juntos en familia, composición del hogar y estatura. Dicho de otra manera, en este estudio prospectivo de niñas Norteamericanas con seguimiento de 5 años los autores encontraron que aquellas jóvenes que consumieron sobre 1 ½ servicios de bebidas endulzadas al día reportaban la aparición de la menarquia en promedio 2.7 meses más temprano que aquellas que consumían menos de dos servicios de bebidas endulzadas por semana. Si bien es cierto que el estudio tiene sus limitaciones, como lo fue la edad relativamente tarde de entre 9 a 14 años de comienzo del seguimiento, por lo que es probable que algunas de estas jóvenes ya habían comenzado su adolescencia, aunque aún no habían reportado haber tenido la menarquia. Otra limitación lo fue el hecho de que los cuestionarios no especificaron la cantidad de onzas por bebida. Además, aunque el evento de la aparición de la primera regla suele recordarse con bastante exactitud, el estudio no evaluó la edad de comienzo en la aparición de las características sexuales secundarias por lo cual variaciones en el tempo de los estadios Tanner de diferenciación sexual no pudieron ser determinados. Otra limitación lo fue la poca representación de otras etnias en el estudio que no fueran blancos por lo cual no se pudo emitir inferencias con suficiente poder estadístico para Negros Norteamericanos y Latinos.
Resumen
En resumen, y a pesar de limitaciones que tuvo el estudio, la evidencia presentada sostiene que el consumo frecuente de bebidas endulzadas está asociada a la aparición de la primera regla antes de lo esperado. En particular, este hallazgo cobra singular importancia en vista del aumento en riesgo de cáncer de seno estimado en un 5% por cada año en que se adelanta la aparición de la menarquia.8
Referencias:
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- Walvoord EC. J Adolesc Health. 2010; 47:433-439.
- Herman-Giddens ME. Pediatrics. 1997; 99:505-512.
- Collaborative Group on Hormonal Factors in Breast Cancer. Menarche, menopause, and breast cancer risk: individual participant meta-analysis, including 118,964 women with breast cancer from 117 epidemiological studies. Lancet Oncol 2012;13:1141–1151.
- Susman EJ. Acta Pedtr Adolesc Med 2010, 164:166-173.
- Fuqua J. J Clin Endocrinol Metab 2013; 98:2198-2207.
- Jean-Claude Carel, M.D., and Juliane Leger, M.D. N Engl J Med 2008; 358;2366-2377.
- Carwile JL, Willett WC, Spiegelman D, Hertzmark E, Rich-Edwards J, Frazier AL, Michel KB. Reproductive Endocrinology. 2015; 30:675-683.