Recientemente, estudios han alertado sobre el preocupante aumento del consumo de bebidas gaseosas por parte de la población pediátrica. Y es que este tipo de bebidas no aportan los suficientes nutrientes que requieren los niños para su óptimo desarrollo, y por el contrario, los predispone a enfermedades relacionadas con los altos níveles de azúcar en la sangre.
Se ha evidenciado que los niños en edad escolar y adolescentes reducen el producto de bebidas a base de lácteos para priorizar las gaseosas repercutiendo negativamente en la salud ósea y favoreciendo la ganancia de masa muscular:
- El ádcido fosfórico contenido en este tipo de bebidas favorece la salida del calcio de los huesos, y debido a ello se puede manifestar una desmineralización temprana o debilitación del hueso.
- El porcentaje de consumo de lácteos juega un papel importante en el crecimiento definitivo en la adolescencia y la obtención de la talla final.
Y es que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una ingesta recomendada y moderada de azúcar debe representar el 10% del total de la energía contenida en este tipo de envases.
Riesgos para la salud de los niños
- Obesidad infantil: El consum excesivo de gaseosas y el sedentarismo contribuyen en gran medida a los índises de sobrepeso y obesidad en los niños.
- Caries: Las bebidas gaseosas y azucaradas tienen mayor cantidad de sustancias químicas ácidas que, junto con la alta carga de azúcar, promueven el crecimiento de bacterias que producen las caries y dañan las encías.
- Trastornos del sueño: La falta del sueño y déficit de atención son dos de las consecuencias del alto contenido de azúcar y cafeína en las gaseosas.
- Huesos: Desmineralización y debilitamiento temprano de los huesos.
Y es que lo principal que debemos tener en cuenta, es que la principal fuente de hidratación que deben tener, tanto los niños como los adultos, es el agua, pues no estimula la grasa ni promueve el aumento de peso, por el contrario permite mantener los riñones sanos y promueve una buena salud en general.
Es un error de padres creer que los niños necesitan azúcar adicional, cuando no es así. Si el niño muestra rechazo al agua, puedes intentar saborizarla con frutas o buscar estrategias adicionales como los jugos naturales, siempre y cuando estas suplan las porciones recomendadas para el consumo diario.