Las obstrucciones intestinales por lo general son un defecto de nacimiento, que se produce cuando el intestino no se forma de la manera correcta. La estenosis intestinal es la forma más leve de esta condición, pero puede ser causante de problemas como la deshidratación.
En bebés sin esta condición, los alimentos atraviesan el píloro (válvula que conecta el estómago con el intestino delgado) con facilidad, sin ningún tipo de inconveniente. Por el contrario, la estenosis intestinal hace referencia a un engrosamiento anormal de los músculos pilóricos, responsable de la deficiencia en la evacuación.
¿Cuáles son los síntomas de la estenosis intestinal?
- En la mayoría de los casos, la sintomatología inicia con vómitos fuertes después de cada comida, o aparece cada cierto tiempo.
- Molestias abdominales
- Eructos
- Hambre y deseos de alimentarse constantes
- Deshidratación
- Pérdida de peso
- Hinchazón abdominal
- Desnutrición
Ante la sospecha de que el menor pueda padecer de estenosis intestinal, el experto podrá realizar una ecografía abdominal mediante la cual se pretende identificar los músculos pilóricos inflamados.
Adicional a esto, el niño puede ser sometido a exámenes de sangre que tienen como objetivo detectar las concentraciones de electrolitos, ya que un desbalance de estos, puede ser provocado por los vómitos y la deshidratación.
Cuando no se detecta la estenosis intestinal a tiempo, pueden presentarse complicaciones como una infección o septicemia, deshidratación e incluso una perforación en la pared del intestino.
Tratamiento
Cuando el diagnóstico es definitivo, el niño deberá ser sometido a un procedimiento quirúrgico llamado piloromiotomía, cuyo objetivo es el de eliminar la obstrucción pilórica, cortando los músculos engrosados del mismo.
Afortunadamente, los bebés que son sometidos a esta intervención muestran una mejoría en poco tiempo y pueden retomar la alimentación pocas horas después de la operación, y serán dados de alta 1 o 2 días después, dependiendo de la rapidez con la que evolucionen positivamente.
Ahora bien, si después de que el pequeño ha pasado por este procedimiento pero los síntomas no mejoran, podría tratarse de otra afección como la gastritis o reflujo gastroesofágico; sea cual sea el caso, se debe informar al profesional de la salud de inmediato.