El desarrollo de las habilidades de comunicación es un proceso natural e instintivo de todo ser humano. Como adultos, podemos encontrar algunas estrategias que permitan estimular este proceso en los más pequeños, desde simples balbuceos, hasta la pronunciación de palabras completas.
Por lo general, los primeros balbuceos del bebé aparecen cerca de los 7 o los 9 meses de vida, y al año o 15 meses de edad, el pequeño ya estará en la capacidad de llamar y de reconocer objetos por su nombre. De la misma manera, este proceso va muy de la mano con el nivel de desarrollo y la habilidad de evolución del pequeño, de manera que pueden haber casos en los que balbucee incluso antes de los siete meses, o después de los nueve meses.
¿Cómo estimular el habla de los niños?
- Háblale constantemente: En un principio, notaremos que para el pequeño el que le hablemos será como si nada, pero con el paso del tiempo él mostrará expresiones faciales, corporales hasta que llega el momento en que poco a poco intentará responder con la voz.
- No limites su expresión: Entre más se exprese el niño, más opciones de poder demostrar sus emociones buscará.
- El uso de onomatopeyas: Para los niños, cuando son pequeños, es mucho más fácil asociar los sonidos que produce un objeto, que su nombre en sí, de ahí el que los niños siempre señalen a los perros como guau-guau, que como perro. Contrario a lo que se cree, este es un ejercicio muy beneficioso de asociación y memorización.
- Imita sonidos: Cuando iniciamos a imitar sonidos aislados, y los balbuceos que ellos mismos producen les damos paso a que sigan en este juego que es de gran utilidad para ellos, y para nosotros.
- Exagera la gesticulación: Preferiblemente, aquella con la que expresamos sensaciones. Aunque puede que para algunos cause un poco de vergüenza, lo cierto es que son gestos que los niños van a imitar más adelante.