Por: Carmen L. Baez Franceschi M.D., FAAP, M.B.A.
Pediatra
Sin duda alguna una de las experiencias más maravillosas en la vida de cualquier ser humano es la llegada de un nuevo miembro a la familia. Desde el momento del parto, el viaje y la entrada a casa no hay un solo detalle que no haga de esta etapa una inolvidable. Sin embargo, el arribo y crianza de un nuevo bebé es mucho más que un juego de cuna de buena calidad o brindar todo el amor del mundo. Los padres, sean primerizos o no, deben estar pendientes a ciertas señales en las etapas del desarrollo de sus hijos. ¿Qué es lo que una madre debe esperar de los primeros meses de vida de su hijo?
Durante el primer año de vida, el bebé experimentará, al igual que sus padres, cambios emocionales, físicos y psicológicos. Crecerá, aumentará de peso, dará sus primeros pasos y desarrollará otra serie de actitudes que lo ayudarán a definir la persona que será el resto de su vida. En el segundo mes de vida su bebé comenzará a levantar la cabeza y empezará a voltearse por sí mismo. Estas actividades ayudan a fortalecer los músculos del cuerpo que lo harán desarrollar otras habilidades como gatear y caminar en el futuro. En adición, empezará a sonreir.
Ya para el sexto mes de vida, su bebé deberá estar sentándose y empezando a gatear. Además es importante estar pendiente de los primeros balbuceos que también deben ocurrir durante este tiempo. Lo mirará a los ojos, se sonreirá y empezará reír a carcajadas. Todas estas etapas motoras y de comunicación son cruciales, pues ayudarán a la criatura a su desarrollo socioemocional.
Cuando un bebé cumple alrededor de nueve meses de vida, debe hacérsele muy fácil colocarse de pie sosteniéndose de algún objeto estable, como por ejemplo un mueble. A los diez meses el bebé ya deberá comenzar a expresarse para dejar saber lo que desea. El bebé deberá señalar con su dedo objetos específicos como por ejemplo el biberón, un juguete, etc. Otro dato importante de esta etapa es la alimentación. La mayoría de las veces ya a los diez meses de vida, el bebé tiene algunos dientes, lo que le hará un poco más sencillo el comer. Es por esto que muchos padres optan por comenzar a brindarle a su pequeño, alimentos que consume el resto de la familia. Ya en esta etapa el niño empezará a sostener una cuchara, lo que hará que quiera intentar comer solo.
Alrededor de los once meses ya su bebé comienza a decir las primeras palabras y puede que imite sonidos de animales. Agua, bibí, mamá y papá son algunas de las palabras más comunes que un niño dice cuando se enfrenta al undécimo mes de vida.
Al llegar el tan esperado primer año de vida del nuevo bebé de la casa, ya las destrezas y el desarrollo son bastante notables. Es entonces el momento de comenzar a caminar. Puede que algunos niños caminen antes o poco después de cumplir el primer año, sin embargo es el momento ideal para comenzar con esta actividad física y que le será de gran utilidad. Una vez el primer año de vida de su bebé se cumpla con éxito, es muy probable que el resto de su desarrollo sea uno sin problemas ni contra tiempos. Pero, ¿qué pasa cuando el desarrollo tiene contratiempos o aparecen condiciones que no hacen posible que este proceso se culmine con éxito?
El desarrollo de un ser humano es como un reloj. Todo ocurre en su momento específico y exacto. La mayoría de los casos de problemas del desarrollo son detectados en los primeros años escolares del niño. Esto se debe que aunque mamá y papá sí notaron que algo no estaba bien con su pequeño, no buscaron la ayuda necesaria a tiempo. Quizás el desconocimiento sea la razón principal para que esto suceda. Si usted como madre se da cuenta o sospecha que alguna de las etapas del desarrollo de su hijo no ha ocurrido o está atrasada o adelantada es momento de visitar un especialista del desarrollo que lo oriente.
Queremos hacer honor a ese sexto sentido que muchas madres tienen y que les ayuda a predecir, antes que cualquier examen físico o evaluación, que algo no está bien con sus pequeños. Recuerde que un buen desarrollo durante los primeros años de vida de un niño, serán la base para que éste se convierta en una persona de bien y provecho en el mañana.