Antes de que cualquier padre o cuidador tome la decisión de llevar a su hijo a un psicólogo infantil, es probable que haya recorrido un largo camino y que haya intentado muchas cosas para solucionar el problema que los aqueja sin conseguir resultados. Entonces, ¿cuándo consultar?
A pesar de lo que pudiéramos plantearnos, “no hay un protocolo definido que nos indique cuando llevar a nuestro niño a un profesional de salud mental. Lo que sí podemos afirmar, es que hay que solicitar hora cuando observamos que nuestro hijo está sufriendo, teniendo en cuenta que muchas veces este sufrimiento psíquico no es evidente”.
A menudo los niños lo manifiestan mediante conductas que frente a los ojos de los adultos son preocupantes, esto serían síntomas que muestran los conflictos internos de los pequeños.
Por ejemplo, que un niño no hable aunque haya cumplido 2 años o que no lo haga en determinados ambientes, que no interactúe socialmente a pesar de tener la oportunidad, que no haya aprendido a ir al baño luego de los 4 años, que se muestre triste o irritable con frecuencia, que haga caso omiso a las reglas de sus padres o profesores, entre otras cosas.
Cuando este tipo de conductas se mantienen en el tiempo o son demasiado intensas, lo más probable es que comiencen afectar más de un ámbito en la vida del niño (el escolar, el social o el familiar) y por consiguiente afecte su salud mental. “Es entonces cuando conviene consultar con un especialista”.
Entre algunos de los motivos más frecuentes de consulta se encuentran:
- Dificultades en la atención o/a excesiva hiperactividad.
- Enuresis/encopresis (dificultad para controlar los esfínteres luego de los 4 años).
- Excesiva ansiedad en los niños.
- Dificultades en las relaciones con sus pares.
- Bajo rendimiento escolar.
- Tristeza o irritabilidad frecuentes.
- Dificultades en la expresión o regulación emocional.
- Problemas de conducta constantes.
- Problemas de comunicación.
Sabemos que cada familia es única y particular, por lo tanto el momento en que se realice la consulta va a depender del significado que cada padre, madre o cuidador le esté dando al problema y el nivel de sufrimiento que este provocando en la familia.
Aunque seamos los padres más hábiles del mundo, es normal que muchas veces nos sintamos desorientados y no sepamos cómo ayudar a nuestros niños. Si usted como adulto considera que su hijo está presentando alguna dificultad que le está impidiendo seguir adelante con su vida de manera adecuada, a pesar de todos los intentos que haya hecho por solucionarlo, no olvide solicitar a un psicólogo pediatra. ¡Sus hijos lo agradecerán!
Fuente: BabyTuto.com