El corazón es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano, ya que es el encargado de recibir y bombear la sangre a todo el organismo. Éste inicia con su funcionamiento desde la tercera semana de gestación y lo sigue haciendo a lo largo de la vida.
En la mayoría de los casos, los problemas cardiovasculares presentados en niños se relacionan con defectos congénitos, mejor conocidos como cardiopatías congénitas. Este tipo de anomalías de nacimiento afectan a 8 de cada 1000 recién nacidos y por cada millón de niños, 150 de ellos necesitan ser operados para sobrevivir.
Estas alteraciones pueden presentarse por mutaciones en genes, radiaciones, drogas que haya consumido la madre, incluso, medicamentos formulados que hacen que el niño venga con un corazón deforme.
La Tetralogía de Fallot, es una de las anomalías que se presentan con mayor frecuencia, se trata de una combinación de estos cuatro defectos congénitos, los cuales afectan la estructura del corazón y la manera en que la sangre fluye a través de él:
- Un orificio en la pared entre las cavidades inferiores permiten que la sangre pobre en oxígeno se mezcle con la sangre rica en oxígeno.
- Una salida estrecha a la arteria pulmonar, generalmente junto con una válvula pulmonar anormal. Esto puede obstruir el flujo de sangre de la cavidad inferior derecha a los pulmones.
- La aorta pasa por encima de la pared entre las cavidades inferiores del corazón. Esto permite que penetre en la aorta sangre pobre en oxígeno.
- Aumento del grosor y tamaño del tejido muscular cardíaco de la cavidad inferior derecha.
A pesar de que el corazón es un órgano muy poderoso y fuerte, es importante iniciar con su cuidado desde una edad temprana. Mantener e inculcar en los niños hábitos como el ejercicio, la alimentación saludable y un descanso suficiente permitirán mantener su corazón sano.
A continuación te daremos un listado de algunos hábitos que debes incluir en la formación de tus hijos para mantener sus corazones saludables:
Azúcar y sal en las proporciones necesarias
El consumo en grandes cantidades de sal hace que las arterias pierdan elasticidad y se endurezcan, esto provoca que el corazón sufra y no pueda trabajar de forma habitual.
Por otro lado, el consumo exagerado de azúcar provoca que el cuerpo no pueda asimilarlo con facilidad y por ello la transforma en grasa, siendo uno de los principales motivos de obesidad.
Grasas vegetales
Las grasas no saturadas, como el aceite de oliva, ayudan a disminuir los riesgos de padecer problemas en el corazón. Por el contrario, las grasas de origen animal aumentan el nivel de grasas en tu organismo.
Frutas y vegetales
Es importante acostumbrar a los niños a comer desde la infancia frutas y verduras para llevar una dieta rica y baja en colesterol y grasa. Se recomienda consumir cinco porciones de verduras o frutas al día.
Carnes bajas en grasa
Las carnes magras ofrecen grandes beneficios para la salud. Algunas de ellas son el solomillo, el lomo, la ternera y el buey.
Redacción Pediatría y Familia