Por: Redacción Pediatría y Familia
“No” es una palabra cargada de poder que muchas veces genera sentimientos negativos en los niños. Los padres y las madres tienden a utilizar esta palabra en demasía, transmitiendo un mensaje erróneo que puede llevar a los hijos a pensar que no pueden lograr lo que se proponen.
Por ello, lo que realmente se debe enseñar a los niños es la disciplina positiva, la cual está basada en el respeto, el autocontrol y la responsabilidad. Para hacerlo, es importante comunicarse de forma acertada y no siempre con un “NO” radical.
A continuación te explicaremos formas de cambiar el drástico “NO” por argumentos y acciones más positivas:
Aclara normas
Antes de que llegue el momento de decir “NO” debes explicarles qué normas se tienen en casa y por qué. De esta manera, ellos anticiparán lo que pueden o no pueden hacer.
Usa un tono de voz adecuado
No necesitas gritarle a tu hijo qué es lo que está haciendo mal. Los niños identifican sus errores con solo escuchar un tono de voz serio.
Encuentra un balance
“No te subas ahí”, “no comas eso”, “no veas televisión”. Si a todo lo que hace le dices que NO, creerá que el mundo es negativo. Déjalo que explore, se ensucie y juegue.
Enséñale signos
Es importante que desde pequeño le enseñes a tu hijo a reconocer el lenguaje corporal. Por ello, enséñale alguna señal con la cual identifique que le estás pidiendo que deje de hacer lo que está haciendo.
Explicarle las consecuencias
Siempre déjale claro el porqué de tu negativa. Hazle saber que no puede hacer lo que quiere sin tener alguna consecuencia.
Usa el NO para algo realmente importante
Aprende a usar el NO sólo en situaciones de peligro o urgencia. Así cambiarás la connotación de la palabra y tus hijos empezarán a pensar en el NO en otros contextos.