Alergias en niños: qué son, cuáles son sus causas y cómo evitarlas

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La alergia es una reacción del sistema inmunitario a una sustancia del ambiente llamada alérgeno.

“Cuando un niño con alergias entra en contacto con alguna de estas sustancias (ya sea al tocarlas, inhalarlas, comerlas o si se las inyectan), su organismo las detecta como un invasor peligroso, provocando la liberación de histaminas y otras sustancias químicas para rechazarlas”.

Estas sustancias químicas producen irritación en su organismo y provocan síntomas tales como mucosidad clara (la nariz gotea con frecuencia), estornudos, comezón y tos. Los síntomas pueden ser leves o severos, intermitentes (solo se dan en ciertas temporadas) o continuos si está expuesto constantemente al alérgeno.

“Detectar si un niño es alérgico dependerá de la frecuencia con la que el niño ha estado expuesto al alérgeno”.

La alergia por lo general tarda en desarrollarse. Cada persona tiene un umbral al que debe llegar antes de que un alérgeno produzca una reacción, y este umbral puede tardar varios meses en alcanzarse.

De modo que, si el niño heredó la tendencia a ser alérgico a la caspa del gato, puede que no tenga ningún tipo de problema durante los primeros meses que esté con el animal o quizás tenga una reacción leve. Pero en algún momento, cuando el nivel de exposición llegue a su umbral, su organismo reaccionará y tendrá una reacción alérgica más severa.

Entre los alérgenos más comunes se encuentran:

  • Ácaros del polvo
    Organismos microscópicos que prosperan en las escamas de la piel humana. Alrededor del 85 por ciento de las personas que padecen alergias son alérgicos a los ácaros del polvo.
  • Caspa de los animales
    Pequeñas escamas blanquecinas de gatos, perros y otros animales con pelo.
  • Polen
    Particularmente el que proviene de árboles, césped y hierbas.
  • Moho
    Hongos que se encuentran en lugares mojados y húmedos, por ejemplo, baños y sótanos.

Por otra parte, “si bien un niño puede heredar la tendencia a ser alérgico, no necesariamente heredará una clase específica de alergia”.

Por ejemplo, si uno de los padres biológicos es alérgico a los gatos, hay una probabilidad del 40 a 50 por ciento de que su hijo también tenga alguna clase de alergia. Esa probabilidad sube a entre un 75 y 80 por ciento cuando ambos biológicos padres padecen alergias. Sin embargo, es posible que los miembros de una misma familia tengan alergias a distintas cosas.

Para evitar que los niños desarrollen alergias, es importante reducir la exposición del niño a los siguientes alérgenos:

Ácaros del polvo
Los ácaros del polvo viven en tejidos y alfombras y son comunes en todas las habitaciones de la casa. Pero la mayoría de los niños se exponen a la mayor parte de los ácaros del polvo en el dormitorio, donde los colchones y las almohadas son el verdadero hábitat de estos microbios. Por ello:

  • Recubre el colchón del niño con una funda impenetrable de tela con trama muy ceñida, que puedes comprar en las tiendas de artículos hipoalergénicos. A diferencia de las fundas de vinilo, esta proporciona una útil barrera que permite la transpiración y no se arruga. Usa cobijas, en vez de edredones grandes y acolchados.
  • Lava la ropa de cama una vez por semana con agua caliente para matar los ácaros. Pon la temperatura del calentador de agua a alrededor de 130 grados Fahrenheit (55 grados Celsius) antes de lavar la ropa de cama. Es importante que les avises a todos los miembros de la familia que el agua estará más caliente de lo normal.Después no te olvides de volver a bajar la temperatura del calentador a unos 120 o 125 grados F (50 grados C) para que tu familia no se queme cuando se lave las manos o bañe.
  • Si tu hijo tiene una intensa alergia a los ácaros del polvo, contempla la posibilidad de quitar las alfombras que van de pared a pared y reemplazarlas por un piso que no le cause problemas (los pisos de madera son una buena opción).

Caspa de las mascotas
Si el niño es alérgico a una mascota, la única solución infalible es llevarse al animal. Por supuesto, no es una decisión fácil de tomar. Por ello, para mantener la caspa a niveles bajos, baña con frecuencia a tu mascota. Puedes encontrar champús para reducir la caspa en una tienda de artículos para animales. Además, evita que el animal se suba a los muebles y mantenlo fuera de la habitación del niño.

Polen
Durante la temporada de alergias, puede ser casi imposible evitar estar en contacto con partículas como el polen, que es transportado por el aire, y puede provocar alergia. Puedes procurar mantener a tu niño dentro de la casa con las ventanas cerradas durante la temporada de polen, cuando su concentración llega a un nivel máximo, y especialmente en días con mucho viento. Aunque sabemos que no siempre podrás mantener a tu niño dentro de la casa.

Si tu niño sale afuera, asegúrate de bañarlo y lavar su cabello cada noche para eliminar cualquier partícula alergénica. Si tienes en tu hogar una secadora de ropa, seca ahí sus prendas en lugar de secarlas al aire libre. También es importante que cierres los ductos de aire de su habitación donde duerme tu niño.

Moho
Usa aire acondicionado y un deshumidificador cuando el tiempo sea cálido y húmedo, en particular en un sótano húmedo u otros sectores de la casa donde el moho sea un problema.

Si el baño es una fábrica de moho, límpialo con frecuencia usando desinfectantes que detengan la formación de moho, por ejemplo un poco de lejía (cloro) y agua o una solución natural, como aceite de árbol de té y agua. Y contempla la posibilidad de invertir en un mejor sistema de ventilación.

El moho puede producirse en armarios, desvanes, sótanos, macetas, refrigeradores, duchas y botes de basura, y debajo de las alfombras. Incluso el árbol sintético de Navidad puede tener moho.

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