En un nuevo estudio se sugiere que los niños con asma o alergias, como la alergia al polen, pueden tener hasta el doble de riesgo de padecer presión arterial alta y colesterol elevado.
Las alergias infantiles son molestas, pero frecuentes. Pero ahora hay un nuevo estudio que revela que puede ser, en realidad, una señal de riesgo de futura enfermedad cardíaca.
Los investigadores descubrieron que los niños y adolescentes con asma o alergia al polen tenían más probabilidades que otros de ser obesos o tener sobrepeso, y también tenían el doble de riesgo de tener presión sanguínea alta y colesterol elevado.
“Son problemas de salud frecuentes que resultan tener consecuencias mucho más serias en algunos niños”,
expresó el Dr. Jonathan Silverberg, autor del estudio.
Para el estudio (publicado en la revista Allergy & Clinical Immunology), los investigadores analizaron datos recogidos de alrededor de 13,000 niños en los Estados Unidos de hasta 17 años, cuyos padres respondieron preguntas sobre la salud de los hijos como parte del Estudio Nacional de Entrevistas de Salud (NHIS) de 2012.
El aumento real en el riesgo de presión arterial alta y colesterol elevado no fue importante: creció en alrededor de 1 punto porcentual en niños con asma y alergia al polvo.
El Dr. Silverberg acota: “Es evidente que no todos los niños con una enfermedad alérgica tienen un incremento de enfermedades cardiovasculares. Con base en otros estudios, sospechamos que se trata principalmente de niños con una enfermedad más grave, aunque no pudimos determinarlo en este estudio en particular”.
Entonces, ¿cuál es el vínculo entre las alergias y la enfermedad cardíaca? De acuerdo con el Dr. Gregg Fonarow, profesor de cardiología de la UCLA, la inflamación relacionada con las alergias podría ser responsable de un repunte en los niveles de colesterol y presión sanguínea.
También aclara que podrían desempeñar un papel importante las diferencias en actividad física y dieta entre niños con y sin afecciones, y agrega que los padres no deberían preocuparse demasiado por los hallazgos.
Sin embargo, el Dr. Silverberg enfatiza que los padres deberían rescatar que las enfermedades relacionadas con alergias, en especial si son graves, pueden ocasionar otros problemas de salud. “Es importante reconocer estos efectos dañinos a fin de prevenirlos o tratarlos en forma temprana”, resume el doctor.
“Los padres deberían hablar con los pediatras y especialistas si su hijo tiene una enfermedad alérgica que no está bien controlada o si observan que sube de peso o no puede hacer las cosas que hacen otros niños de su edad como resultado de una alergia”.
Por: Redacción Pediatría y Familia