Por: Redacción Pediatría y Familia
Aunque la tasa de crecimiento de su hijo pequeño se reducirá entre su segundo y tercer cumpleaños, aún así continuará su increíble transformación física de bebé a niño. El cambio más dramático se dará en sus proporciones corporales. De bebé, tenía una cabeza relativamente grande y piernas y brazos cortos. Ahora el crecimiento de la cabeza será menor; de 3⁄4 de pulgada (2 cm) tan solo en el segundo año, a 3⁄4 a 1 1⁄4 pulgadas (2 a 3 cm) en los siguientes diez años.
Al mismo tiempo, su altura aumentará, principalmente porque sus piernas y, hasta cierto grado, el resto de su cuerpo, crecerán rápido. Con estos cambios en las tasas de crecimiento, su cuerpo y piernas se verán mucho más proporcionados.
La grasa de bebé que parecía hacer que su bebé se viera tan adorable en los primeros meses de vida, desaparecerá gradualmente durante estos años preescolares. El porcentaje de grasa, que llegó a su máximo al año de edad, disminuirá continuamente a aproximadamente la mitad para su quinto cumpleaños. Observe cómo sus brazos y muslos se vuelven más delgados y su cara menos redonda. Incluso los colchoncitos de grasa debajo de sus arcos, que hasta ahora han dado la idea de pies planos, desaparecerán.
Su postura cambiará también durante este tiempo. Su apariencia regordeta y de bebé cuando era un niño pequeño había sido en parte debido a su postura, particularmente su abdomen prominente y su espalda baja curvada hacia adentro. Pero a medida que su tono muscular mejora y su postura es más erecta, desarrollará una apariencia más larga, esbelta y fuerte.
A pesar de que ahora será más lento, su hijo seguirá creciendo continuamente. Cada año, los niños en edad preescolar crecen un promedio de 2 1⁄2 pulgadas (6 cm) al año y aumentan aproximadamente 4 libras (2 kg). Marque la altura y el peso de su hijo en gráficas de crecimiento para comparar su tasa de crecimiento con el promedio de su edad. Si observa una falta de crecimiento pronunciado, háblelo con su pediatra. Probablemente le dirá que no hay por qué preocuparse mucho, ya que algunos niños sanos simplemente no crecen tan rápido durante su segundo y tercer año en comparación con sus compañeros de juego.
Con menos frecuencia, esta pausa en el crecimiento durante los primeros años o la edad preescolar puede ser indicio de algo más. Tal vez un problema de salud crónico, tal como una enfermedad de los riñones o del hígado, o una infección recurrente. En raros casos, el crecimiento lento puede ser debido a un trastorno de una de las glándulas hormonales o complicaciones gastrointestinales de algunas enfermedades crónicas. El pediatra tomará en consideración todas estas cosas cuando examine a su bebé.
A la edad de dos años, no se sorprenda si su hijo come menos de lo que usted cree que debería. Los niños necesitan menos calorías en esa etapa porque crecen más despacio. Pero aunque come menos, puede seguir estando bien alimentado siempre que usted le ofrezca una variedad de alimentos saludables. Anímelo para que coma meriendas saludables y empiece a establecer hábitos de comida sanos y saludables. Al mismo tiempo, si parece estar demasiado preocupado por la comida y está acumulando un exceso de peso, hable con su pediatra sobre formas de ayudar a controlarle el peso. La conducta alimenticia temprana puede aumentar el riesgo de sufrir de obesidad a lo largo de su vida, por lo que controlar el peso de su hijo durante la niñez es tan importante como en cualquier etapa de la vida.