Cuando los niños comienzan a hablar, es fácil distinguir si tartamudea o no. Si notas que tu hijo repite un sonido en particular o le cuesta pronunciar otros -al momento de comunicarse-, es probable que sea un caso de tartamudez. En medicina, este trastorno del lenguaje se conoce como disfemia, espasmofemia o disfluencia en el habla. Esta dificultad se considera como irregular, ya que los episodios de tartamudeo no se presentan con la misma intensidad o frecuencia. Incluso, en algunas ocasiones ni se manifestarán.
En la cultura popular, se creía que las personas tartamudeaban frente a ciertas situaciones. También, que eran personas con un mínimo cociente intelectual. Si bien este último aspecto sí se relaciona con algunas condiciones médicas, asociadas al aprendizaje del habla, todavía quedan aspectos que pueden confundirte si tu pequeño tartamudea.
Señales tempranas de alerta y causas más comunes
Aunque la disfemia surge entre los 2 y los 5 años de edad, los niños muestran signos tempranos de este trastorno. Según los especialistas, se puede sospechar de esta posibilidad cuando el pequeño ronda los 18 y los 24 meses, ya que es la etapa en la que se afianza la unión de palabras y la composición de oraciones simples. Cuando el niño inicia la repetición de palabras o sonidos, puede hacerlo de manera ocasional antes de llegar a los 2 años.
En caso de que esto empeore, se debe observar con atención al niño para descubrir si puede presentar otros signos como movimientos faciales o entumecimiento del rostro.
Dentro de las causas asociadas a la tartamudez se encuentran la genética, retrasos en el desarrollo y dificultad del cerebro para procesar la información. Sin embargo, diferentes investigaciones también catalogan a la tartamudez como un trastorno provocado por factores ambientales, sociales y psíquicos.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo si tartamudea?
Desde la página web Kidshealth.org, se dan los siguientes consejos para aprender a sobrellevar esta situación. Se debe tener en cuenta que en un buen número de casos, este trastorno del lenguaje se supera sin necesidad de terapias del lenguaje cuando el niño cumple los 5 años o inicia su etapa escolar.
Estos son los consejos que destacamos:
- No exijas a tu hijo que hable de forma correcta. Mejor convierte las conversaciones en algo divertido e interesante para el pequeño. Así hablará de forma más pausada y vocalizada.
- No obligues al niño a hablar en voz alta en situaciones en las que la tartamudez aumenta. Tampoco dile que debe hablar si no se siente bien al hacerlo. De esta manera, evitarás que el pequeño asocie el hablar con momentos negativos para él.
- Deja hablar a tu hijo. Una parte crucial en el desarrollo del lenguaje está condicionada por su libre expresión. Cuánto más hable el niño, más fácil resultará para él expresarse de forma verbal. No lo interrumpas si habla y continúa la conversación después de sus comentarios o preguntas.
- El mejor camino es el ejemplo. Cuando hables con el pequeño, busca espacios tranquilos e intenta hablar de manera más lenta. Esto es algo complicado de lograr pero es un método casero ideal para que el niño descubra que puede expresarse mejor, solo si habla de forma pausada.