Aunque siempre queremos regalar “lo mejor”, el precio no lo es todo, investigadores demostraron que no siempre el valor de los regalos está relacionado con la felicidad o el agrado con el que las personas reciben los obsequios.
Muchas de las personas a las que se les pregunto recordaban que habían regalado algo costoso, pero al preguntarles por su mejor regalo, el que ellos habían recibido, este no siempre estaba relacionado con un valor alto.
En la publicación realizada por The New York Times se evidencia como muchas veces dejamos pasar por alto la facilidad o la frecuencia con la que se usará el regalo y se piensa en el imparto o la reacción al recibirlo conectándolo casi siempre con la inversión que se ha hecho en el mismo.
Quien regala suele pensar en lo hermoso y dramático porque piensan los regalos de manera abstracta, pero quien lo recibe se imagina haciendo uso del presente y se centran más en la utilidad y funcionalidad.
La publicación también resalta como al optar por tarjetas de regalos la inclinación está en las tiendas de marcas reconocidas y de precios elevados, en donde muchas veces las prendas no funcionan para el uso diario, mientras que si se invirtiera el mismo dinero en una tarjeta de tienda más cotidiana o común, tal vez al final el obsequio tendría un mejor provecho
En otros casos, algunas personas piensan que el factor sorpresa es ideal, pero no siempre es así, si algún familiar o amigo cercano a sugerido algo que le gusta, regala eso y no busques más alternativas, seguramente lo utilizara más que ese detalle que tanto buscaste pero que tal vez no estaba necesitando.
Y por último, los recuerdos siempre pesan mas que lo material, asi que por ejemplo, un viaje en familia lleno de comidas, juegos y abrazos puede ser más significativo que un collar con lindas piedras que muy rara vez se va a utilizar, “aunque sea muy costoso y lujoso”.
Otras experiencias sobre todo que amará mamá después de su trabajo y de las tareas de la casa es un regalo para un spa, si bien no quiere un masaje relajante, puede optar por un peinado, arreglar sus manos y pies o la opción que más le agrade.
Después de un año difícil seguramente queremos ver felices a quienes les ofrecemos un reglo, pero no olvides, piensa primero en la necesidad y en el uso que le dará por encima de lo deslumbrante que pueda ser cuando abra la caja. Te agradará mucho más verlo muy seguido con esa linda camisa que nunca verle la costosa pulsera que compraste en esta navidad.
Recuerda:
- No te fijes en el valor.
- Regala algo que se use constantemente.
- Si te han mencionado que quieren algo, esa es la mejor opción.
- Los regalos no siempre deben ser materiales.
- Puedes pensar en un uso a largo plazo.
