La pérdida de audición en niños reporta cerca de un 1.9% de casos. Algunos de ellos presentan perdida leve de audición y en otros casos la perdida permanente se encuentra en 1 de cada 1000 niños.
La deficiencia auditiva, aunque sea leve puede generar dificultades en la habilidad para hablar y expresar sentimientos o emociones o para comprender lo que otros dicen. Además, puede exponer a los pequeños a un bajo rendimiento escolar, aislamiento emocional y depresión
Esta condición generalmente está relacionada con defectos genéticos en los recién nacidos y con infecciones del oído o tapones de cerumen en los niños mayores.
¿Cómo detectarla?
Algunas señales que pueden ayudar a detectar a tiempo dificultades auditivas en los niños son:
- Emitir sonidos y no obtener una respuesta inmediata.
- Aunque todos los niños hablen a su tiempo, el retraso en el pronunciamiento de sus primeras palabras puede deberse a una capacidad auditiva alterada.
- En niños mayores, evidencia de necesitar volumen alto en televisores, computadores o celulares.
Para evaluar la audición en los recién nacidos se utiliza un dispositivo manual o una prueba que mide las respuestas del cerebro a los sonidos; para los niños mayores existen varias técnicas disponibles.
No tratar a tiempo la condición puede generar consecuencias emocionales en tu hijo, además de dificultades para su adecuada expresión y para la comprensión de lo que sucede en su entorno.
En algunos casos los niños pueden manejar la dificultad con audífonos y en caso de no obtener la respuesta que se espera, los especialistas pueden sugerir un implante coclear.
Si notas dificultades en tu pequeño no dudes en consultar con tu pediatra, quien podrá hacer una revisión o remitir a tu niño con otro especialista.
