Iguales pero diferentes: aprendizaje en niñas y niños

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Los niños y niñas difieren en sus ritmos de maduración, en sus intereses, inquietudes, aficiones, formas de socializarse, formas de reaccionar ante idénticos estímulos, maneras de jugar, afectividad y comportamiento.

Todo esto provoca que tengan una diferente forma de aprender, por lo que ante una clase mixta tendremos que contar con la diferencia para ir conjugando diversos modos de impartir las lecciones para estimular a unos y a otras.

“Las diferencias existentes entre los niños y las niñas se manifiestan en los cerebros masculino y femenino, en su estructura y funcionamiento (determinado a su vez por la influencia que en el mismo ejercen las respectivas hormonas sexuales) son las que marcan las diferencias en el aprendizaje; pertenecen al orden natural y biológico, pero inciden de forma directa en su desarrollo personal”.

Aunque todos seamos capaces de llegar a un mismo objetivo, si tenemos en cuenta estas diferencias y aplicamos métodos diversos, quizá el resultado final sea mejor tanto para chicos como para chicas.

 

Niños y niñas: cada uno madura a su ritmo

La facilidad para la escritura durante los primeros años de colegio radica también en el mayor desarrollo de su motricidad fina.

Con la lectura y escritura las niñas llevan ventaja desde el primer momento, generando cierto agravio comparativo con los varones. Esta precocidad femenina, en educación infantil y primaria, tiene una enorme trascendencia, pues las asignaturas más importantes en estas etapas son precisamente las relacionadas con el uso del lenguaje.

Es importante tener en cuenta estas diferencias de cara a prestar el apoyo preciso a los muchachos, que actualmente son los que padecen los mayores déficits en comprensión lectora.

1. Así, por ejemplo, en 1º y 2º de Primaria, el profesor de un aula mixta, encontrará más alumnos varones con esas dificultades y deberá pasar más tiempo leyendo individualmente con ellos en su mesa. Además, los animará a tener siempre un libro a mano para utilizarlo cuando termine otras tareas.

En el caso de los chicos les permitirá que sean “mortadelos” o similares, ya que, para que cojan afición a la lectura, vale casi todo.

2. En la segunda etapa de Primaria, 3º y 4º, a la hora de trabajar la lectura seguramente muchas más niñas que niños se ofrecerán voluntarias para leer en alto. Es lo que más les gusta, por lo que un eficaz castigo cuando se portan mal es no participar ese día en la sesión de lectura con los compañeros de clase.

También debemos conocer sus gustos: en estas edades los niños se decantarán por colecciones tipo “Gerónimo Stilton” y las niñas por las del tipo “Kika Superbruja”.

3. En 5º y 6º, etapa en la que la expresión oral y escrita adquiere gran importancia, seguiremos observando la mayor riqueza de vocabulario de las niñas. El profesor puede proponer temas para que investiguen chicos y chicas, observando cómo unos eligen personajes de la historia que sobresalen por su valor, situaciones de riesgo, peligro y por sus grandes hazañas; ellas por temas de medicina, naturaleza y literatura.

Redacción Pediatría y Familia

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