Los hábitos saludables tienen mayor probabilidad de permanecer en el tiempo cuando educas a tus hijos desde temprana edad. Una buena alimentación contribuye con su desarrollo y evita enfermedades como la obesidad o problemas cardíacos.
A la hora de alimentar a tu hijo debes tener en cuenta algunas recomendaciones, entre ellas que no debes eliminar las grasas de su dieta. De acuerdo con la Asociación Americana de Pediatría varias investigaciones han demostrado que las dietas con bajo contenido de grasas, especialmente cuando se sustituye por azúcar agregado, pueden influir con el aumento de peso.
Las grasas ayudan en el desarrollo cerebral y el crecimiento del niño. Así que en lugar de eliminarlas, lo mejor es incluir grasas saludables en la alimentación. Por ejemplo, es bueno incluir el pescado, tiene un alto contenido en grasas omega 3 que favorecen el desarrollo del cerebro y cuidan el corazón
También debes saber diferenciar los valores nutricionales y energéticos de las grasas. Por ejemplo, las grasas saturadas de la leche o el aceite de coco son diferentes a las grasas saturadas de las comidas rápidas. Otro tipo de grasas que si debes evitar son la grasas trans, estas son aquellas que se encuentran en los alimentos procesados.
Recuerda…
Las grasas son el combustible que el cuerpo necesita. Entere las bondades de las grasas se encuentran: el desarrollo del sistema nervioso del niño (cerero, nervios), ayudan en la absorción de las vitaminas A, D, K y E, son una fuente de energía y son componentes de las hormonas.
