Muchas medicamentos son compatibles con la lactancia, pero, es necesario tener en cuenta que no todas. ¿Sabes cómo y cuándo tomarlas? ¿Y qué fármacos están contraindicados?
Basta leer el prospecto de cualquier fármaco para comprobar que en todos hay un apartado dedicado a las madres lactantes. Y lo normal es que aconsejen no consumirlo si se está dando el pecho.
“Según el informe “Fármacos y lactancia materna”, elaborado por el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría, en más del 95% de los medicamentos la recomendación es suspenderla o evitar el fármaco”.
No obstante, se estima que el 90% de los fármacos son compatibles con dar el pecho. Esto evidencia que probablemente exista una sobreprotección en detrimento de la lactancia natural. “Estas contraindicaciones no se corresponden en muchos casos con los posibles efectos secundarios al lactante”, insiste el farmacéutico Juan Carlos Juárez, del hospital Vall d´Hebron de Barcelona.
Tu leche, su medicina
Además de contener todos los nutrientes que el niño necesita (proteínas, grasas, carbohidratos, minerales y vitaminas) y en las cantidades adecuadas, la leche materna es un factor de protección inmunológico para el bebé, disminuye la morbilidad infantil, contribuye a un crecimiento saludable y refuerza la relación entre madre e hijo, entre otras ventajas.
Por lo tanto, en la inmensa mayoría de los casos se aconseja intentar mantener la lactancia materna, que favorece la salud del bebé y de la madre, incluso cuando ésta pasa por una enfermedad.
“Así que, si por ejemplo tienes una infección leve y temes contagiársela a tu hijo, debes tener en cuenta que al poco de padecerla generarás anticuerpos, y si sigues dando el pecho se los transmitirás con tu leche al niño”.
Pros y contras
Pero al dar el pecho es normal que surjan dudas. Por ejemplo, ¿qué ocurre si cuando estás amamantando sufres una fuerte jaqueca, un intenso resfriado o gripe o un dolor de muelas? Tendrás que tomar algo. Es una situación bastante común. De hecho, se calcula que cerca del 80% de las madres utilizan algún fármaco o producto de fitoterapia en las primeras semanas tras el parto.
Aquí la duda es si el medicamento en cuestión afectará al bebé. Sin embargo, la respuesta no es sencilla: en algunos casos no y en otros sí.Por eso es necesario consultar siempre al pediatra o al ginecólogo, con el fin de sopesar los pros y los contras de utilizar algún fármaco y elegir entre las opciones posibles la más indicada para la madre lactante.
¿Cuándo existe riesgo?
Para que haya riesgo se han de dar tres situaciones:
“Primero, que tu sangre absorba el fármaco; después, que pase a la leche (casi todos los medicamentos lo hacen, en cantidades mínimas) y, finalmente, que el fármaco produzca un efecto pernicioso en tu hijo (en la mayoría de los casos las cantidades son tan pequeñas que no producen efectos)”.
La cantidad de fármaco que se excreta a través de la leche materna y que llega al organismo del niño, y los efectos que pueda tener en éste, dependerá de diversos factores: de la madre, del niño y de la composición del propio medicamento (los que tienen un alto peso molecular se absorben poco en el tubo digestivo y por lo tanto, no llegan casi al bebé lactante).
“Cuanto menor es la edad del bebé, su inmadurez metabólica y renal es mayor”, recuerda Juan Carlos Juárez. “Y si además ha nacido pretérmino, su nivel de exposición a los riesgos de los medicamentos aumenta de manera considerable”, añade el farmaceutico del hospital Vall d´Hebron.