La glándula tiroides está localizada en la parte frontal del cuello, justo debajo de la manzana de Adán. Es responsable del ritmo de todos los procesos metabólicos y químicos de nuestro cuerpo, y afecta a todas las células, tejidos y órganos. La glándula tiroides es por lo tanto esencial para la vida, el crecimiento y el desarrollo.
Aunque la enfermedad de la tiroides ocurre con menos frecuencia en niños que en adultos, los signos y síntomas pueden ser similares. Sin embargo, hay algunas diferencias importantes que es preciso aclarar.
Cuando la glándula tiroides produce demasiada hormona tiroidea (hiperactiva), la afección se denomina hipertiroidismo. Cuando la glándula tiroides produce muy poca hormona tiroidea (hipoactividad), la afección se denomina hipotiroidismo.
A veces se confunde con la hiperactividad infantil. Son niños muy activos, que no paran quietos. A menudo sufren de insomnio.
¿Por qué se produce?
Los trastornos de la tiroides pueden ser hereditarios, por lo que es importante que su médico conozca sus antecedentes familiares. Si los miembros cercanos de la familia tienen hipotiroidismo o hipertiroidismo, entonces sería prudente vigilar de cerca a los niños en la familia. Las niñas tienden a ser especialmente propensas a desarrollar problemas de tiroides, debido a los cambios hormonales a lo largo de su vida.
Por otro lado, algunas de las causas son haber recibido exceso de yodo, por una situación de estrés emocional repentino, por una inflamación de la tiroides o lo más común, por un problema en el sistema inmunitario, que hace que la glándula tiroides produzca un exceso de hormonas tiroideas. Esto se conoce como ‘Enfermedad de Graves’.
Síntomas del hipertiroidismo en los niños
- Fatiga
- Dificultad para concentrarse
- Irritación en los ojos
- Bocio (en algunos casos)
- Nerviosismo, inquietud, temblores
- Aumento del apetito
- Deposiciones frecuentes (incluso diarrea)
También puede darse una repentina pérdida de peso y aumento de la sudoración y la sensación de calor.
Diagnóstico del hipertiroidismo en niños
Lo mejor para descartar el hipertiroidismo infantil es realizar al niño unas pruebas específicas. El médico medirá la presión arterial del niño (en el caso de hipertiroidismo, será alta), analizará la frecuencia cardíaca, examinará el cuello del niño y le mandará unos análisis de sangre concretos, que miden las hormonas implicadas en el hipertiroidismo.
Participación de los padres
La participación de los padres es vital para los niños y adolescentes que reciben tratamiento para su trastorno de la tiroides. Necesitarán supervisar la toma de medicamentos diariamente, y monitorear cuidadosamente el progreso de su hijo. También necesitarán estar conscientes de los signos y síntomas de una medicación insuficiente o excesiva, de modo que puedan trabajar con su médico para obtener el nivel adecuado de medicación.
A medida que los niños crecen, es importante que los padres mantengan un seguimiento cercano de los niveles de hormona tiroidea de sus hijos, ya que los cambios periódicos en la dosis se producirán con los cambios en la edad. Los médicos a menudo recomiendan que los niños se hagan análisis de sangre al menos cada 3 a 6 meses. Algunos niños pueden tener una tendencia a descuidar su régimen de medicamentos, y esto puede llevar a que los síntomas reaparezcan.
