Al finalizar el día, la cena en familia es una excelente opción para fortalecer las relaciones entre padres e hijos además de brindar un rato de esparcimiento y calidez a todos los miembros.
“¿Por qué la cena? Debido al actual estilo de vida, es frecuente que madres y padres permanezcan varias horas fuera de casa, es decir que las oportunidades de ver crecer a los bebés y niños son más reducidas, en comparación con generaciones anteriores“.
Por eso, como es un momento -en teoría corto- para que cada uno cuente sus historias cotidianas o exprese sus sentimientos, es posible que no siempre resulten agradables a causa de las discusiones. En los más pequeños, las peleas pueden originarse por el sabor de la comida, el querer realizar actividades diferentes, malos hábitos de sueño entre otras causas.
En los más grandes, los debates, el bajo rendimiento escolar, el aburrimiento son las principales razones que motivan las peleas a la hora de la cena.
Para reducir o evitar por completo estas molestas situaciones, te presentamos 3 consejos avalados por expertos que permitirán disfrutar al máximo este rato familiar.
- Creen todos juntos el plan de cena familiar: si niños y adultos participan cada fin de semana de la creación del menú o actividades para hacer durante la cena, será más fácil que todos los integrantes se motiven y estén listos a disfrutar de este importante momento.
- Aprovechen para agradecer: los valores -futuros pilares de la vida adulta- se aprenden desde temprana edad. No dejen pasar la oportunidad de la cena para dar a conocer sus experiencias diarias y dar gracias por los aprendizajes, lo recibido y también, lo perdido (si fue un mal día para alguno).
- Usen el momento de preparación de la cena o la limpieza para enseñar algo: de esta manera, los niños aprenden recetas divertidas, escuchan anécdotas, descubren la importancia de tener buenos hábitos alimenticios y en síntesis, sentir y entregar todo el cariño y amor que sienten a sus padres o viceversa.
Por: Redacción de Pediatría y Familia
