Redacción Pediatría y Familia
Cuando los niños entran en la etapa escolar, la principal recomendación de los pediatras es vigilar y cuidar la alimentación del niño. La razón es muy simple: el rendimiento del niño en la escuela está condicionado por los nutrientes que recibe día tras día. Esto no quiere decir que los padres deben someter a sus hijos a estrictas dietas sino que deben equilibrar los grupos alimenticios para recrear y mantener una dieta balanceada.
Es por ese motivo que los comedores y restaurantes de guarderías y escuelas presentan al inicio de cada mes, semestre o año, el menú con las opciones alimentarias que ofrecen a los niños. Esto (además de ser un requisito legal en Estados Unidos y varios países) permite que los padres sepan si la dieta establecida en casa se complementa de forma ideal con la que ofrecen externamente.
Dentro de todos los grupos de alimentos, algunos se destaca porque refuerzan el desarrollo intelectual del niño, sin importar su edad. A continuación puedes leer el listado para que lo pongas en práctica en tu vida cotidiana.
Alimentos clave para el intelecto infantil
Maní (Cacahuete): Este delicioso alimento posee una gran cantidad de nutrientes para el cerebro. Los aportes nutricionales del maní ayudan a desarrollar las habilidades de comprensión lectora, ejercitan la memoria y ayudan a crear nuevas conexiones cerebrales. Por eso es uno de los alimentos favoritos de las personas con trabajos de oficina.
Calabaza: ¿Sabías que este alimento hace parte de las bayas más grandes? Es decir, no es fruta ni verdura. Sin embargo, su atractivo color anaranjado es la representación de todas sus bondades nutricionales. Entre ellos, las importantes cantidades de vitamina B12, que mantiene sanas a las células cerebrales y glóbulos sanguíneos, y de ácido fólico. Los especialistas en nutrición aconsejan consumirla horneada o tostada.
Nueces: Numerosos estudios asocian a las nueces con la prevención de enfermedades cardiovasculares. Además de eso, cuenta con importantes cantidades de Omega 3. Este ácido graso funciona como un combustible para los neurotransmisores, encargados de enviar y recibir la información que el organismo necesita para funcionar a lo largo del día.
Espinaca: Aunque los niños que comen espinaca no van a desarrollar fuertes músculos como la popular caricatura Popeye, sí van a recibir múltiples beneficios. Se sabe que es una fuente natural de hierro, vitaminas K y E entre otros minerales que ayudan al cerebro a controlar sus impulsos eléctricos. Es decir, el mecanismo que controla el envío de información a los otros órganos y sistemas del cuerpo.
Recuerda que una buena alimentación en la infancia tiene repercusiones en la adultez. La nutrición balanceada no solamente garantiza el equilibro mental y físico sino que previene enfermedades neurodegenerativas y otras complicaciones que surjan a largo plazo.