La Academia Americana de Pediatría ha publicado un documento sobre las estrategias públicas para reducir el consumo de bebidas azucaradas en niños y adolescentes.
En Estados Unidos, este consumo supone la principal fuente de ingesta de azúcares añadidos en esta etapa de la vida, con efectos negativos sobre la salud (en especial obesidad, sobre todo en estratos socieconómicos más desfavorecidos).
El concepto de bebida azucarada incluye a todas las bebidas con azúcares añadidos, no naturales, como las bebidas refrescantes o zumo de fruta procesado, bebidas energéticas o infusiones o cafés azucarados.
Señala que las bebidas dietéticas con menos calorías, los zumos de frutas naturales y leches saborizadas sin azúcares añadidos no se consideran bebidas azucaradas en la mayoría de estudios.
Al respecto, la OMS recomienda ingerir menos del 10% de las calorías en forma de estos azúcares añadidos y evitarlos en menores de 2 años.