La Dra. Vanessa Ortiz, oftalmóloga especializada en córnea y miembro de la Sociedad Puertorriqueña de Oftalmología, conversó con el equipo de Pediatría y Familia sobre las probabilidades que tienen los padres de detectar problemas oculares en los más pequeños y jóvenes de la casa.
En primer lugar la especialista señaló que al acudir al pediatra se le debe comentar si hay algún cambio en el comportamiento del pequeño, puesto que al estar jugando o intercambiando en las actividades diarias es posible detectar ciertas señales como:
*Se queja de problemas para ver bien lo que se escribe o proyecta en la pizarra o en la televisión.
*Desvía un ojo y/o se queja de visión doble constante o intermitente.
*Cuando realiza actividades de cerca ve doble o borroso ocasionalmente y lo manifiesta.
*Falta de interés por la lectura o pérdida del hilo de la lectura.
*El niño al leer sigue el texto con el dedo, mueve mucho la cabeza o la tuerce.
*Giros extraños de las palabras y dificultad para recordar lo que ha leído.
*Las letras o los signos se juntan, se confunden, se invierten o mezcla las sílabas al leer.
*Falta o baja comprensión de la lectura para su edad.
*Omite o añade palabras al leer y/o se salta de renglón.
*Cejas fruncidas, parpadeo excesivo u otras deformaciones faciales cuando lee.
*Fatiga constante, nerviosismo o irritabilidad después de una tarea de cerca.
*Se tuerce al escribir y/o se sale mucho al colorear.
*Inclina, gira o ladea la cabeza o la espalda al fijar la vista en alguna actividad.
*Dolores de cabeza frontales, náuseas o mareos por la tarde o después de realizar una tarea de cerca.
*Sensibilidad exagerada a la luz.
Sobre estas señales la experta enfatizó en la importancia de la comunicación con el médico para tomar las medidas pertinentes a tiempo.
Agregó que en edad escolar podría ser más fácil detectarlo, pues depende del desempeño en el aula de clase, y lo mucho que le cuenta observar el pizarrón, o mantenerse en actividades que requieran la observación detallada.
Ortiz también se refirió al uso de tabletas, teléfonos celulares y computadoras como uno de los elementos que pueden interferir en la buena visión de los niños y jóvenes.
Aunque recordó que la condición es hereditaria, pues a la fecha se conocen más de 900 enfermedades hereditarias que afectan los ojos y en algunas de ellas, el ojo es el único órgano afectado. En otras ocasiones, la enfermedad afecta tanto los ojos como otros órganos, se han reportado aumentos de problemas oculares por el uso excesivo de las pantallas.
La miopía es una de las enfermedades del ojo que con mayor frecuencia afecta a los niños y jóvenes; puesto que el uso excesivo de los equipos tecnológicos terminan por ser los responsables directos, aunque no en este caso la Dra. Vanesa Ortiz señala que no se debe contra indicar, sino restringir a un tiempo determinado.
Agregó que “el mal cuidado de la postura, no tener una buena higiene visual mantener la distancia entre pantallas, vigilar la iluminación y hacer descansos visuales” son otros de los elementos que influyen en la vista y de los que los padres deben estar atentos.