Un estudio encontró que los niños con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de una forma asociada de artritis. Además, los investigadores recomiendan cambiar el nombre a artritis asociada al síndrome de Down para reflejar con mayor precisión la naturaleza inflamatoria y erosiva de la afección.
“Aproximadamente uno de cada 1,000 niños desarrolla algún tipo de artritis crónica. Estos trastornos pueden afectar a los niños a cualquier edad, aunque rara vez en los primeros seis meses de vida”.
Se estima que alrededor de 300 000 niños en los Estados Unidos han sido diagnosticados con la condición. Es una afección en la cual una persona tiene un cromosoma 21 adicional, el cual afecta la forma como el cuerpo y el cerebro se desarrollan.
La artropatía del síndrome de Down tiene una mayor incidencia y prevalencia en comparación con la artritis idiopática juvenil (AIJ). Sin embargo, la enfermedad rara vez se reconoce al inicio y permanece subdiagnosticada.
“Los niños con artropatía del síndrome de Down suelen presentar daños articulares y discapacidad significativos en el momento del diagnóstico”.
Un grupo de investigadores de Irlanda llevó a cabo un estudio observacional transversal para identificar casos no diagnosticados de artropatía del síndrome de Down, documentar el tiempo necesario para el diagnóstico entre estos pacientes y describir las características clínicas, de laboratorio y radiológicas de la afección en el momento del diagnóstico.
Los investigadores también observaron retrasos significativos en el diagnóstico de la artritis en niños con síndrome de Down. La mayoría de los niños presentaban artritis poliarticular, RF-negativa, con predominio de artritis en las pequeñas articulaciones de las manos y muñecas. Ningún niño con artropatía del síndrome de Down en el estudio fue positivo para ANA.
Además, se informaron cambios erosivos en los rayos X en más niños con síndrome de Down de artropatía (42 por ciento) que en el grupo de AIJ (14 por ciento). Las investigaciones futuras en esta población de pacientes podrían ayudar a definir con precisión la patogénesis de la enfermedad, identificar biomarcadores de la enfermedad y establecer mejores prácticas para el tratamiento, concluyeron los investigadores.
También sugieren que “artritis asociada al síndrome de Down” sería un término más preciso que “artropatía del síndrome de Down”.