El crecimiento y desarrollo de un bebé se mide con las destrezas que va adquiriendo durante su primer año y las habilidades que fortalece en la infancia.
Tal vez, la primera evidencia de la futura independencia del pequeño es el gateo, una fase que no se presenta en todos los bebés y que además, varía en su duración y formas. No todos gatean igual, ni el gateo es un indicador del tiempo que se demorará en pararse o incluso, caminar.
Pero ¿qué es el gateo y por qué es tan importante?
Según los pediatras, el gateo es una de las etapas más interesantes en el desarrollo del pequeño. En esta fase, las habilidades motoras y las conexiones neurológicas del bebé se fortalecen, así que el bebé las aprovecha para desarrollar el control de su cuerpo.
Antes de que el bebé logre gatear, ya debe saber sentarse, controlar su cabeza y girar.
Desde el primer gateo, el niño ejercita sus músculos y aprende a dominar todas las partes de su pequeño pero fuerte cuerpo. Pero, si te preocupas porque no ves a tu bebé con intenciones de gatear, puedes ayudarlo con una rutina de ejercicios muy sencilla que puedes practicar en casa, en el parque… en cualquier espacio al que vayas con tu hijo.
Motivar al bebé con un pañuelo o estola
Recuesta al pequeño sobre una superficie plana mientras que el adulto que realiza el juego se pone de rodillas junto a él y le acerca un pañuelo de colores vivos. Mientras se acerca y aleja este objeto al bebé, se le explica el objetivo del juego.
Con el transcurrir de los meses, el pequeño aprenderá a agarrar el pañuelo y acercarlo a él. Cuando llegue ese momento, se amarra este objeto a sus tobillos para que ejercite su zona abdominal.
Jugar a la popular ‘carretilla’
Sin lugar a dudas, todos hemos jugado a esto. Solo es necesario colocar al niño boca abajo. Cuando se apoye con sus brazos, se le sujeta por la cadera y se levantan sus piernas para que él se desplace con sus manos por el espacio.
Otra opción es tomar al bebé en esa posición y balancearlo de un lado a otro. Después, se bajan sus piernas, se doblan sus rodillas y se deja en posición de gateo sin sujetarlo. Esto último le ayuda a mejorar su equilibrio.
Hacer carreras de gateo
Ponte en posición de gateo y muy animado pídele al bebé que te siga y te atrape. Al verte en la posición adecuada y su interés por alcanzarte y participar del juego, seguramente el pequeño saldrá detrás de ti intentando imitar tu posición y saldrá gateando en menos tiempo del que crees.
Aunque no se debe forzar a los niños, ya que cada uno tiene su propio desarrollo y comienza antes o después a gatear, sí que hay diversas pautas que se puede seguir para estimular su aprendizaje.
Coloca objetos atractivos, como sus juguetes delante de él para llamar su atención y obligarle a desplazarse hasta ellos para conseguirlos, a una distancia más o menos próxima.
Plantéalo como un juego, nunca una obligación. Cuanto más se divierta, más ganas tendrá de realizarlo.
No le dejes solo ni un momento.
Déjalo gatear a su ritmo y por donde le apetezca, siempre que no sea peligroso. No le sometas a normas estrictas ni repetidos “no”. Permítele explorar, ya que esta sed de descubrimiento es, sin duda, un elemento fundamental en su crecimiento y desarrollo.
Déjalo gatear con calcetines pero sin zapato, ya que éstos le impedirán torcer la superficie por la que se desplaza.
Gatea tú también para que te imite.