Si sospechamos que nuestro hijo tiene un trastorno del habla, lo primero que tenemos que hacer es pararnos a observar. ¿Cuándo tartamudea el niño? ¿en qué situaciones? ¿quiénes están? ¿es una conducta que se repite de forma continua, o que solo aparece en momentos aislados?
Es necesario saber cuándo, dónde, cómo y con quién ocurre, para poder establecer el porqué, la causa de dicha tartamudez. En muchas ocasiones hay una predisposición genética a la tartamudez, por lo que conviene averiguar si alguno de los padres tuvo ese problema en la niñez.
Hábitos para ayudar a los niños a superar la tartamudez
Otro punto fundamental a tener en cuenta es la edad del niño, pues existe una tartamudez evolutiva que aparece en torno a los 3 o 4 años de edad en la que el niño tiende a repetir las palabras o, en ocasiones ‘se atasca’ y no sabe continuar. Si en cambio nuestro hijo tiene más de 5 años y continúa o se ha acentuado la tartamudez, conviene pedir ayuda y valorar el problema para poder iniciar una intervención.
Una vez que hemos observado el problema, es importante que los padres:
1. No terminen las frases del niño. Tiene que aprender a hablar por si mismo para que vea que puede enfrentarse al problema y salir victorioso del mismo.
2. No meterse con él, enfadarse o menospreciarle cuando ocurra este problema.
3. No interrumpirle, dejarle que acabe las frases. Se le puede animar a que termine, con palabras de aliento, o una sonrisa.
4. Grabarle cuando hable despacio y cuando habla deprisa, para que él se oiga y empiece a ver las diferencias.
5. Cantar con él y de nuevo grabarle para que se escuche y que vea que cuando canta no tartamudea. Explicarle que esto sucede porque cantando “gestiona” mejor la cantidad de aire a expulsar.
6. Trabajar con el niño la respiración diafragmática (que aprenda a hacer una respiración profunda en la que el aire llegue al diafragma o a la tripa).
7. Hacer ejercicios de soplo, como hinchar globos, soplar velas, soplar con pajitas… de esta forma conseguiremos fortalecer los órganos fonadores.
8. Alargar las vocales al hablar. Esto sobre todo lo podemos hacer mientas el niño lee.
9. Trabajar el turno de palabras, como por ejemplo, los padres empiezan una frase, paran y le piden al niño que él la termine.
10. Controlar las conductas de ansiedad del niño. Trabajar con él el miedo a tartamudear.
Guía Infantil